El relator del Sínodo insiste en la prohibición de comulgar Teólogos españoles piden la eucaristía para los divorciados vueltos a casar

«El sínodo comienza hoy, pero no termina hoy». Lo decía ayer Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, porque el primer día de la asamblea episcopal sobre la familia comenzó con la rotunda frase del presidente de los obispos europeos y relator general del encuentro (una especie de secretario), el húngaro Peter Erdö, en contra de la comunión hacia los divorciados que se casen de nuevo: «La misericordia de Dios ofrece al pecador el perdón, pero exige la conversión. El pecado del que puede tratarse en este caso no es tanto el comportamiento que puede haber provocado el divorcio en el primer matrimonio. En relación con este hecho es posible que en el fracaso las partes no hayan sido igualmente culpables, aunque muy a menudo ambas son, en cierta medida, responsables. No es, pues, el naufragio del primer matrimonio, sino la convivencia en la segunda relación lo que impide el acceso a la eucaristía». Lo cuenta La Voz de Galicia.

Mientras Erdö insistía en este punto, una veintena de teólogos españoles -entre los que se encuentran los gallegos Torres Queiruga y José Manuel Vidal- hacía público un manifiesto en la plataforma change.org para que el sínodo apruebe la comunión para divorciados casados por lo civil. De este modo la Iglesia «sería fiel al espíritu del Evangelio y no a su letra». El colectivo alude incluso al contrarreformista Concilio de Trento, y recuerda que decía que «la Iglesia no yerra cuando les niega la comunión», y esa formulación deja abierta la posibilidad de que tampoco haya «error ni infidelidad» en la postura contraria, y que se trate más de una cuestión pastoral que dogmática.

Recalcan los teólogos que esta medida «no cuestiona en absoluto la indisolubilidad del matrimonio», sino acompaña al que sufre para dar a la Iglesia «un rostro más conforme con el Evangelio y con lo que Jesús se merece».

Pero Erdö no parecía tenerlo tan claro, ya que incluso la idea de Walter Kasper de seguir un camino penitencial hacia la comunión -tomada de las iglesias ortodoxas- no se puede seguir porque «no puede ser evaluada de manera adecuada» desde la perspectiva actual.

En esta primera semana del sínodo -que termina el día 25- se abordarán los desafíos de la familia. Y además de la comunión de divorciados, hay otros, como «el derecho a la muerte natural, evitando tanto el encarnizamiento terapéutico como la eutanasia», la defensa de la vida humana «en todas sus etapas» y, por supuesto, integrar a los gais. De sus uniones, Erdö dijo que «no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia», aunque recalcó que «cada persona tiene que ser respetada en su dignidad independientemente de su tendencia sexual».

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