Pues sí, como decíamos, España sigue siendo una sociedad cristiana. En el mismo lugar en el que negaban esta evidencia -por más que les pese a los sectores más laicistas de la sociedad- los secretarios generales de las Conferencias Episcopales Europeas, el cardenal de Toledo, Antonio Cañizares, ha afirmado, hace unas pocas horas, que "el futuro de Europa, se quiera o no, está en sus raíces cristianas". Y digo yo: si el pasado ha sido cristiano, y el futuro de Europa lo será, el presente, por simple regla de tres, no puede borrar de una tacada la presencia cristiana de la sociedad. Otro aullido del lobo, ¿no?

Durante la conferencia de clausura de un curso de verano organizado por la universidad San Pablo CEU de Madrid titulado "Las raíces cristianas de Europa" y que se ha celebrado en Covadonga, monseñor Cañizares -según nos cuente Efe- ha citado en numerosas ocasiones a los dos últimos pontífices, el fallecido papa Juan Pablo II y el actual, Benedicto XVI. Y lo ha hecho para destacar que el cristianismo "es el alma de la auténtica Europa", a la vez que ha advertido de las consecuencias de una posible renuncia a esa tradición cristiana.

"Si renuncia a sus raíces será otra cosa, pero no Europa", ha manifestado el cardenal primado de España, no sin antes advertir de los peligros que podría suponer relegar la fe cristiana al ámbito de lo privado.

"El futuro de Europa, se quiera o no, está en sus raíces cristianas y no puede estarlo en modo alguno en la cultura de la nada, en una cultura de vacío en la libertad sin límites o en una religión de secularización", ha señalado Cañizares.

También ha afirmado que esas raíces cristianas de Europa constituyen una verdad histórica "empíricamente comprobable y apelar a ellas es algo perfectamente legítimo en estos momentos de una cierta confusión espiritual y cultural".

Monseñor Antonio Cañizares, que también ha aludido a la existencia de una "confusión entre Estado neutral y laicista", ha asegurado que el silencio de Dios, o la relegación de la fe cristiana al ámbito de lo privado supone "con mucho el acontecimiento fundamental de estos tiempos de indigencia que vive Occidente", y que el arzobispo de Toledo ha vinculado con una religión "secularizada" que derivaría en "consecuencias deshumanizadoras".

El cardenal primado de España, que ha declinado realizar declaraciones a los medios de comunicación más allá de su conferencia, ha insistido que el futuro de Europa y de occidente "está precisamente en afirmar lo que el cristianismo aporta y que está en los orígenes mismos de Europa". Por el contrario, monseñor Cañizares ha afirmado que la religión secular "no tiene futuro y es sencillamente la negación del hombre".

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