Hermano extraterrestre


¿Afectaría a nuestra fe que hubiera vida, incluso inteligente, fuera de nuestro planeta? ¿Se puede creer en Dios y en los extraterrestres? Es posible, al menos según el director del Observatorio Astronómico del Vaticano, el jesuita argentino José Gabriel Funes, que ha sido entrevistado por el diario "L'Osservatore Romano", órgano oficioso de la Santa Sede. Una cuestión, cuando menos curiosa, y que suscita numerosos interrogantes. En caso de que haya vida inteligente más allá del ser humano, ¿cómo les afectaría la salvación que trajo Jesucristo? ¿Tendrán alma los extraterrestres? ¿Habría que llevarles el Evangelio? ¿Tendrían su propio Dios (dioses)?

Según el diario vaticano, Funes afirma que "se puede admitir la existencia de otros mundos y otras vidas, incluso más evolucionada que la nuestra, sin por ello poner en entredicho la fe en la creación, en la encarnación y en la redención. Es posible creer en Dios y en los extraterrestres".

Más allá del morbo de las preguntas anteriores, y de lo más o menos gracioso o anecdótico que nos resulte una declaración similar, lo cierto es que el tema se las trae. Nuestros abuelos creían que, de verdad, Adán fue creado del barro, y Eva de su costilla, y que entre Caín y Abel -tal vez Set- se produjo la multiplicación de la especie humana. Muchos de nuestros padres -y algunos de nuestros hijos- ni siquiera creen que el hombre haya llegado a la luna -algunas teorías incluso postulan el desierto de Atacama, en el norte de Chile, como posible escenario del "gran paso para la Humanidad" de Neil Armstrong-. ¿Cómo les afectaría la certeza de que no estamos solos en el universo, y de que aquellos seres, incluso, podrían ser nuestros "hermanos en la fe"? Porque, bromas aparte, sería un rato extraño.

En "L'Osservatore", José Gabriel Funes incide en que la astronomía acerca al hombre a Dios, y sostiene que es "un mito" considerar que la astronomía favorece una visión atea del mundo. Ya se sabe, la eterna lucha entre la fe y la razón, entre la ciencia y la religión, Que algún día tendremos que saltar.

Funes precisó que el Universo no es infinito, que tiene 14.000 millones de años y que la teoría del "big bang" es la que mejor explica, hasta el momento, el origen del mundo. Cuestionado sobre si dicha teoría contradice la visión de la fe, Funes manifestó que "como astrónomo, continuo creyendo que Dios es el creador del Universo y que nosotros no somos productos de la casualidad, sino hijos de un padre bueno, el cual tiene para nosotros un proyecto de amor".

Funes manifestó también que los astrónomos sostienen que el Universo está formado por cien mil millones de galaxias, cada una de las cuales compuesta por cien mil millones de estrellas y que muchas de ellas o casi todas pueden tener planetas. "¿Como se puede excluir que la vida no se haya también desarrollado en otras partes?" se preguntó.

¿Y si así fuera? ¿Cómo serían estos modos de vida? ¿Unicelulares, pseudohumanos, más inteligentes quizás? El jesuita argentino quiso ser cauto, indicando que "es posible" cualquier teoría, y que "aunque no tenemos ninguna prueba, en un universo tan grande no se puede excluir esa hipótesis".

"Al igual que existen una multiplicidad de criaturas en la Tierra, también podría haber otros seres, inteligentes, creados por Dios. Ello no está en contradicción con nuestra fe, porque no podemos poner límites a la libertad creadora de Dios", dijo Funes.

El religioso agregó, parafraseando a San Francisco, que si llamamos a las criaturas de la Tierra "hermano" y "hermana", "¿por qué no podemos hablar de un 'hermano extraterrestre', ya que formaría parte de la creación".

La redención, ¿serviría para los "hermanos extraterrestres? Para Funes, Jesús se encarnó una vez. Por ello, la encarnación "es un hecho único e irrepetible". Entonces, en tanto hijos de Dios, esos eventuales seres también gozarían de la misericordia de Dios. Hay tantos peros en estas teorías que resulta complicado mostrarlos todos. Y, entre nosotros: es más divertido teorizar sobre estas posibilidades. Y, quién sabe, si será un reto que afrontar. Ojalá que, cuando suceda -si es que sucede-, los humanos ya hubiéramos aprendido muchas cosas, nos respetáramos y, cada uno a su modo -pero volcados en la unidad-, alzásemos los ojos al Cielo -al Creador, no con el telescopio- orando y alabando al mismo Dios.

baronrampante@hotmail.es
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