Los matones de la capilla de la Complutense

Como católico, y como ciudadano (no voy a disociar una cosa de la otra), deploro rotundamente el "asalto" a la capilla. Como joven, me agrede que se piense que todos somos así. Esta gente no tiene ni la más remota idea de lo que significa la democracia, la tolerancia, el respeto a los diferentes o la más mínima decencia. Son unos burdos matones de barrio. Seguramente niños de papá.
Estamos ante un caso grave de estupidez, que se complica ante el hecho de que no se trata de una travesura, una gamberrada o del efecto del alcohol, sino de una acción premeditada y calculada. Cuando unos universitarios -Dios mío, dónde está el nivel- se convencen de que su gran obra para cambiar el mundo consiste en ponerse en bolas ante el Sagrario, mal vamos. No se defiende la democracia, ni el Estado laico, ni la separación Iglesia-Estado con este tipo de iniciativas. Se escupe al aire.
Esperemos que el Estado de Derecho funcione, y los culpables -a quienes testigos ya han reconocido- sean duramente castigados por la misma Justicia que nos permite decidir si queremos o no profesar una religión. Y bien haríamos los que defendemos la total separación Iglesia-Estado, el fin de los privilegios de una confesión determinada y un auténtico Estado lacio respetuoso con todas las religiones, en denunciar a estos matones de la Complutense.
baronrampante@hotmail.es