Laicidad en el cristianismo


Fotografia del Congreso de Teología de los Teologos Juan XXIII

Al cristianismo se le ha impuesto hoy vivir su vocación humana de manera adulta y serena en un mundo laico. La laicidad es un tema muy actual en Europa e incluso en nuestro país, a pesar de que todavía no nos hemos desprendido del todo de la llamada época de cristiandad. El fenómeno de la globalización,que es positivo en este sentido, nos está empujando a asumir la laicidad abiertos a un diálogo intercultural e interreligioso.

La asociación de teólogos Juan XXIII se hizo eco del tema en uno de sus últimos congresos en el que se reflexionó ampliamene sobre "cristianismo y laicidad". En contra de lo que se piensa en ciertas esferas no evolucionadas, la separación real entre religión y Estado, y la vivencia gratuita y sin privilegios de la propia religión de cada uno, es muy conveniente para la Iglesia, para las religiones y para una vivencia humanitaria plena. Este es un signo de los tiempos que hemos de tener muy en cuenta en todo momento.

El obispo Pedro Casladáliga en un saludo a los congrsistas desde Brasil donde reside nos dijo: "la paz maltratada muchas veces por motivos religiosos, sólo la conseguiremos desabsolutizando lo que es relativo y absolutizando lo que es absoluto". Los cristianos, seguía diciendo, hemos de vivir y ayudar a vivir la común humanidad en la que nos identificamos todos los seres humanos. Todad la religiones y concretamente la cristina
debe aportar sobre todo humanismo, humanizando más a la humanidad.
Recientemente, en la jornada del Emigrante, Benddicto XVI se ha referido tambíén a "una sola familia humana"en la que caben los emigrantes y refugiados. Es la acogida al forastero que pide el Evangelio

"Para la fe cristiana, concluía P. Casaldáliga, la Encarnación es un dogma fundamental que sólo lo podemos vivir encarnándonos cada día en, y siempre más hondamente, es ese misterio amoroso entre la única huamnidad que somos y el Dios de la Vida y del Amor que profesamos".

En el congreso quedó claro qué hay que entender por laiciad, que no es otra cosa que la autonomía de la esfera civil y política respecto a la esfera religiosa y eclesiástica, pero no a la esfera moral. La no sumisión por parte del Estado a una determinada confesión religiosa no lleva implícito el rechazo de los valores éticos y morales que son patrimonio universal.

En sentido contrario, las confesiones religiosas deben valorar positivamente el hecho de que la sociedad civil desarrolle nuevos valores con idependencia de las confesiones religiosas de los ciudadanos. Más aún, por el hecho de beber ambas partes de la misma fuente cultural, es natural que esos referentes éticos sean coincidentes en muchos casos.

No obstante, el principio de laicidad lleva implítico que las exigencias de naturleza religiosa no son de obligado cumplimiento por parte de la ciudadanía, mientras que las exigencias que establece de forma legítima la autoridad civil si alcanza a todos los ciudadanos, si exceptuamos los casos de objeción de conciencia, que ha de administrarse con cuidado y excepcionalmente (Ponencia de Máximo García, de la Iglesia luterana).

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