E l evangelio en el mundo

Los acontecimientos
molestan

(continuación)

El acontecimiento de Asís, donde todas las grandes religiones se encuentran para orar a favor de la paz, ha tenido una gran resonancia. Fue un gesto profético del Papa Juan-Pablo II. El hombre que hay que salvar es el hombre planetario. Dondequiera que se encuentre, este hombre está sometido a las mismas amenazas.

Las nubes de Chernobil han ignorado las fronteras. Es, pues, urgente que las grandes religiones de la tierra se vuelvan hacia el porvenir para asumir las responsabilidades del hombre del futuro. Llegadas a la era nuclear, las religiones tienen que abandonar sus divisiones y sus prejuicios del pasado para ponerse al servicio de la humanidad entera ligada en adelante a un mismo destino.

La plegaria que se ha elevado en Asís significa la toma de conciencia y la voluntad común de preparar un mundo nuevo donde la paz sea posible. Estamos al comienzo de este diálogo y de estas reuniones con las grandes religiones. Por tanto, no podemos quedarnos con lo que pasó en Asís, hemos de tomar más iniciativas. Es preciso hacer un camino y esto nos concierne a todos.

“Después de Cristo –dijo un día de 1948 el cardenal Suhard-, algo ha cambiado: los príncipes, los poderosos ya no deciden solos los acontecimientos. En adelante sois especialmente vosotros los que hacéis la historia…, los pequeños, los humildes a los ojos del mundo, los abandonados de la vida, los olvidados, los pequeños”. Y el arzobispo continuaba: “En lugar de buscar la eficencia, como se dice en nuestros días, y de ir a casa de los que tienen las posiciones clave, nuestro Señor va directamente a casa de los que no poseen nada, no saben nada, que no cuentan para nada, y hace de ellos sus discípulos y sus apóstoles.

Los acontecimientos ayudan
A comprender mejor


Nos iluminan acerca de nosotros mismos, acerca del evangelio. Arrojan una luz nueva sobre la persona de Cristo y sobre la Iglesia. Gracias a ellos, llegamos a ser hoy lo que somos. Si no hubiera habido ciertos acontecimientos en nuestra vida ¿qué seríamos? De momento, cuando se presenta el acontecimiento, no se comprende.

Cuando atravieso una población en coche, me pongo a buscar el nombre de esta población. A la salida, me vuelvo para mirar la indicación al borde de la carretera. Entonces obtengoo la respuesta.

Pasa lo mismo con el acontecimiento que sobreviene. Se necesita tiempo para comprender lo que ha pasado. En algunos casos es posible preparar el acontecimiento para beneficiarse mejor y descubrir el sentido cuando llegue. Así el nacimiento de un hijo que va tansformar la vida de un hogar, una fiesta que va a reunir a toda la familia y a los amigos, una peregrinación a Tierra Santa, el aniversario de la Revolución francesa. Jesús mismo cuidó de preparar a sus discípulos para el acontecimiento de su pasión…(J.Gaillot, Fe sin fronteras)
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Hoy en el mundo secularizado en que vivimos son los voluntarios los que dan testimonio del evangelio, aunque muchos de ellos no se consideren creyentes en Jesucristo. Al ponerse ellos allado de los olvidados y desprotegidos de la sociedad, están cumpliendo la máxima evengélica que dice: "venid benditos de mi Padre porque tuve hambre y me disteis de comer...Cada vez que lo hicísteis con uno de estos a mí me lo hicísteis". La transmisión del cristianismo se hace cada vez más a través de estos testimonios vivientes y menos desde la palabra de los templos que se quedan vacíos.
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