Hay quien afirma que la Iglesia no debe meterse en política. ERROR.
La Iglesia la formamos TODOS LOS BAUTIZADOS. El primer error es considerar a la Iglesia únicamente (como popularmente se dice) a los CURAS y MONJAS.
TODOS los miembros de la Iglesia somos también CIUDADANOS de un estado, miembros de un pueblo. Como ciudadanos tenemos el mismo derecho y obligación de preocuparnos por la política, es decir, por todo lo relacionado con "el ordenamiento de la ciudad" que es lo que significa "πολιτικος" (politikós).
Efectivamente lo que la Iglesia COMO INSTITUCIÓN no debe ser PARTIDISTA, es decir, IDENTIFICARSE CON X PARTIDO.
Ahora bien, la Iglesia no solo tiene el derecho sino el deber moral de considerar qué partido está más o menos en consonancia con los valores del Evangelio y de la doctrina de la Iglesia.
Cuando se habla de VALORES entran en juego muchas más cosas que la MERA ECONOMÍA. Hay en juego muchos otros valores que afectan a la familia, a la educación, a la colaboración Iglesia-Estado, a la bioética, a la moral, etc...
Por ser sacerdote no dejo de ser ciudadano.
No pienso encerrarme en una sacristía como algunos sectores de la sociedad pretenden hacer con la Iglesia. La Iglesia tiene la misión de servir al ser humano y transmitir los valores del Evangelio no solo en las iglesias, también en la plaza pública que no es propiedad de unos pocos sino el espacio común donde se aprende a convivir en la diversidad.