Diccionario de pensadores cristianos 2. Historia y contenido

Hablaré aquì de la historia de este diccionario,.
de los colaboradores y amigos que han hecho posible su composición
de los diversos momentos del pensamiento cristiano
de las áreas en que puede dividirse ese pensamiento
Ciertamente, el cristianos no es pensamiento, sino vida (gracia y compromiso), una forma de ser y esperar en el mundo. Pero sin una buena dosis de pensamiento (de reflexión y de toma de conciencia) la vida cristiana se marchita.
Quizá antes que un diccionario de pensadores sería necesario un diccionario de "santos" en el sentido original del término, pero también el pensamiento pertenece de algún modo a la santidad cristiana.
Es un diccionario personal
Éste es un diccionario personal, pues soy responsable de casi todas sus entradas. He sido durante casi cuarenta años profesor de teología, en el Colegio Mayor de Poio/Ponevedra y en la Universidad Pontificia de Salamanca, y he tenido ocasión de estudiar (e incluso de conocer) a muchos pensadores. Por otra parte, el año 1980/1981 tuve ocasión de impartir ya un curso de historia de la teología, con mi amigo → Eliseo Tourón y con ese motivo decidimos elaborar junto un proyecto como éste. Pero otras ocupaciones nos robaron el tiempo necesario y la muerte prematura y dolorosa de Eliseo (el 1996) me dejó solo en la tarea.
Este diccionario recoge, por tanto, mis opciones y mis conocimientos, en la línea de lo que hubiera hecho con Eliseo Tourón, gran historiador, y se fija de un modo especial en los autores con quienes he tenido un contacto más extenso, porque han sido mis profesores (en Salamanca, Roma o Alemania) o porque he podido escucharles y “conversar” con ellos, de un modo personal o través de mis estudios
Colaboradores
De todas maneras, en algunos casos, he pedido y recibido la ayuda generosa de algunos amigos, especializados en los pensadores de los que han tratado: P. Castelao ha escrito la entrada → Tillich; A. Álvarez se ha ocupado de → Lagrange y J. Martínez de → M. Porete. C. Morano me ha ofrecido materiales para componer algunas entradas de personas cercanas a la Institución Teresiana: → P. Poveda, J. Segovia, A. Galino, M.D. Gómez Molleda. De un modo igualmente amistoso, M. Ofilada, teólogo filipino ha preparado las entradas de algunos pensadores hispano-filipinos: → Abesamis, Beltrán, De Mesa y Mirasol, Del Prado, González Díaz y Lumberas. Manuel y Joana R. Losada han compuesto o me han ayudado a componer varias entradas de pensadores brasileños. También me ha ofrecido su ayuda M. Emilia Castellano, con dos entradas: → Isabel de la Trinidad y Edith Stein. Finalmente, M. Navarro ha tenido gesto de ayudarme a componer la lista pensadoras; por desgracia, no he podido introducir a todas las mujeres que ella me ha indicado, pero sin su ayuda este diccionario hubiera sido mucho más pobre.
Amigos
Especial mención y agradecimiento, por su cercanía y su colaboración, dos pensadores y amigos.
Uno es Julio Puente López, especialista en teología moral y filosofía personalista, autor de un libro clásico (Ferdinand Ebner. Testigo de la luz y profeta, Madrid 22008), que ha colaborado conmigo no sólo en la entrada → Ebner, sino bastantes más, de moralistas y antropólogos, ofreciéndome datos que yo no podría haber encontrado sin su ayuda.
El otro es Fernando Torres Antoñanzas, gran conocedor del pensamiento literario, que escribió su tesis doctoral sobre Dios en Cervantes (Don Quijote) y que ha sido conmigo profesor de Historia de las Religiones en la Universidad Pontificia de Salamanca, hasta que “prescindieron” de sus servicios. A él le he pedido las entradas de los grandes pensadores religiosos de la literatura hispana: → Berceo, Calderón, Cervantes, Gracián, Lope de Vega, J. Manrique, Rodríguez de Montalvo, F. de Rojas y F. Quevedo. Sin su aportación, este diccionario habría quedado a medias. Sus colaboraciones, extraordinariamente densas y, en general, más amplias que las mías, han hecho posible que este libro se abra a los grandes escritores cristianos de la literatura clásica española. Es justo que su nombre aparezca junto al mío en la portada.
Siete áreas. División temática e histórica.
Éste es un diccionario de pensadores, no de teólogos sin más. Ciertamente, se detiene de un modo especial en los teólogos, pues ellos son quizá los más significativos entre aquellos que han pensado el cristianismo, pero hay otros que no pueden llamarse teólogos y que, sin embargo, han reflexionado sobre el misterio cristiano y lo han expuesto de un modo intenso y con un gran influjo (poetas y místicos, narradores e historiadores, filósofos, juristas y sociólogos, por no hablar de los músicos, pintores, arquitectos etc.).
Significativamente, los primeros pensadores cristianos no fueron teólogos profesionales, sino más bien narradores (evangelistas), poetas (autores de himnos litúrgicos), catequistas (como la mayoría de los escritores del Nuevo Testamento o del cristianismo primitivo), hombres o mujeres de experiencia espiritual (como los gnósticos). Los teólogos estrictamente dichos (como → Orígenes) han sido al principio más escasos o han venido más tarde, aunque después ocuparán un lugar especial y dominante, a partir del siglo XIII d. C.
Por eso, este diccionario incluye a moralistas y juristas, a místicos y literatos, es decir, es decir, a hombres y mujeres que han pensado sobre el misterio cristiano, desde diversas perspectivas. Es evidente que recoge a los pensadores que más han influido en el cristianismo y en la cultura de occidente. Pero, como he dicho, en otros casos, la inclusión o no inclusión de unos autores resulta más dudosa y discutible: hay algunos que podrían haber aparecido y no aparecen, mientras incluyo a otros que son, quizá, menos significativos. No puedo justificar en cada momento mi opción, aunque podría razonarla; espero que no sea demasiado desafortunada.
Áreas del pensamiento cristiana
No puedo ofrecer aquí más datos sobre los autores incluídos o excluídos, pues ello nos obligaría a revisar y comentar los índice, tanto el general, como los particulares (cosa que podrán hacer los mismos lectores). Sólo quiero añadir que los pensadores que aparecen en este diccionario pueden dividirse en siete áreas, como muestran los índices particulares del final del libro:
(1) Pensadores clásicos de la antigüedad cristiana y de las grandes iglesias, como pueden ser Tertuliano y Dionisio Areopagita, Tomás de Aquino y Duns Escoto, S. Boulgakov, Barth o Rahner.
(2) Pensadores condenados o sancionados, sea en la antigüedad (como Arrio y Nestorio), sea en los tiempos modernos (Schillebeeckx, Boff o Dupuis).
(3) Autores espirituales, vinculados a las grandes tradiciones místicas, monásticas y contemplativas, a lo largo de la historia cristiana (→ Gregorio Niseno o Evagrio Póntico, Juan de la Cruz y Teresa de Jesús).
(4) Representantes del pensamiento práctico, en especial juristas y moralistas (desde Graciano y Raimundo de Peñafort hasta Häring y M. Vidal)
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(5) Pensadores que están más vinculados a la administración de las Iglesias, desde un punto de vista práctico (desde Gelasio e Inocencio III, hasta los papas modernos, como Pío X, Pío XI y Juan Pablo II).
(6) He dedicado un apartado a los filósofos cristianos, o vinculados con el cristianismo, desde Orígenes a San Agustín, desde Descartes y Kant hasta Zubiri.
(7) He incluido finalmente una serie de literatos (y artistas) cristianos, especialmente de lengua castellana, destacando de un modo especial a los maestros del renacimiento y barroco español (de → Luis de León a Gracián, de Lope de Vega a Calderón de la Barca, de quienes se ocupan extensamente las entradas de F. Torres).
Etapas del pensamiento cristiano
Las siete áreas anteriores pueden servir como medio para organizar este libro, de manera que podríamos hablar de siete diccionarios en uno. Pero esos mismos siete grupos de pensadores cristianos pueden dividirse conforme a otros criterios y, en especial, según el tiempo en que han vivido, como he puesto también de relieve en otra serie e índices particulares, en los que distingo tres grandes etapas:
(1) En el primer milenio se pueden trazar las siguientes divisiones: Autores bíblicos (siglo I), gnósticos y apologetas (siglo II), padres prenicenos (siglo 3), crisis arriana (siglo IV), Padres de la Iglesia, pensadores de las iglesias orientales (siglos V-X), pensadores de las iglesias latinas (siglos V-X).
(2) De la Reforma Gregoriana a la Modernidad. Con el nuevo milenio, siglo XI, se inicia otra etapa en la historia cristiana, en la que distingo los siguientes momentos: cristiandades de oriente (siglo XI-XV), nueva cristiandad occidental (siglo XI-XII), escolástica latina (siglo XIII-XIV), Renacimiento y humanismo (siglos XV y XVI); Reforma protestante (siglos XVI-XVII), Contrarreforma católica (siglos XVI-XVII), Ilustración (Siglo XVIII).
(3) Siglo XIX-XX: las tres grandes confesiones. En esta apartado recojo algunos de los teólogos contemporáneos más significativos de las tres confesiones: protestantes, católicos, ortodoxos.
Pero con esto acaba ya la introducción y dejo que los mismos lectores vayan al texto y valoren (disfruten) la vida y obra de los mil ciento cincuenta pensadores que siguen. El índice general podrá ayudarles mejor y también los índices particulares donde divido y organizo de algún modo a los diversos pensadores. La bibliografía, centrada de un modo especial en diccionarios de este tipo, podrá situarles mejor ante los temas, lo mismo que algunos índices particulares (de pensadores católicos, protestantes ortodoxos, lo mismo que de mujeres).
Así termina (por ahora) la larga confección de este largo diccionario, que empecé a redactar en Salamanca, con materiales anteriores (del 2000 al 2003), seguí en Madrigalejo del Monte (desde el 2003) y he terminado al comienzo del verano del 2009, en un pueblo llamado San Morales (¡paradoja de nombre!). Saben mis amigos el tiempo que le he dedicado y lo sabe, sobre todo, Mabel, mi mujer, que ha debido soportar con muchísimo amor y gran paciencia mi larga y extraña “enfermedad de diccionario”, que ha llegado a cansar incluso al mismo Bizkor, tan listo y paciente.
Sólo me queda dar nuevamente las gracias a todos los que me han acompañado en la travesía de este diccionario. A todos ellos se lo ofrezco y devuelvo, recordando de un modo especial a los pensadores que más me han acompañado y enseñado y que son ya muy mayores o que han muerto, como → J. M. Delgado y E. Tourón, ambos mercedarios.