“La Iglesia va hacia adelante entre los consuelos de Dios y las persecuciones del mundo” El Papa advierte de “la rabia del diablo” en el interior de la Iglesia

El Papa advierte de “la rabia del diablo” en el interior de la Iglesia
El Papa advierte de “la rabia del diablo” en el interior de la Iglesia

El Papa ofreció la misa por las religiosas vicentinas que trabajan en Santa Marta, en el día de la conmemoración de Santa Luisa de Marillac

"¿Cuál es el instrumento del diablo para destruir el anuncio evangélico? La envidia"

“Una Iglesia sin dificultades le falta algo, el diablo está demasiado tranquilo. Si el diablo está tranquilo, las cosas no están bien"

Francisco no suele responder, y mucho menos directamente, a sus críticos. Tampoco lo hizo esta vez, pero uno no puede evitar encontrar rostros en esa “rabia del diablo” de la que Bergoglio habló esta mañana en la misa de Santa Marta, el mismo día en que ofreció la misa por las religiosas vicentinas que trabajan en la casa en la conmemoración de santa Luisa de Marillac.

Recordando las críticas que sufrió Pablo por anunciar el Evangelio, Francisco subrayó que “por un lado está el Espíritu Santo, que hace crecer a la Iglesia. Eso es verdad. Pero por otro lado está el espíritu del mal, que busca destruir a la Iglesia”. “Siempre es así. Se va hacia adelante, pero después viene el enemigo buscando destruir”, recordó el Papa. “El balance siempre es positivo, pero cuánto cuesta, cuánto dolor, cuánto martirio”.

Francisco besa el altar
Francisco besa el altar

“La persecución es grande”, lamentó Bergoglio, quien se preguntó “¿cuál es el instrumento del diablo para destruir el anuncio evangélico? La envidia”. “Por la envidia del diablo entró el pecado en el mundo. Envidia, celos, siempre este sentimiento amargo”, explicó. Como les sucedió a quienes condenaron a Jesús.

“Les llegaba a doler el hígado de la rabia, esta rabia les llevaba hacia adelante. Es la rabia del diablo, que destruye, la rabia del 'Crucifícalo', de la tortura de Jesús. Que quiere siempre destruir”.

“Viendo esta lucha, también vale para nosotros aquel dicho: la Iglesia va hacia adelante entre los consuelos de Dios y las persecuciones del mundo”, indicó. “Una Iglesia sin dificultades le falta algo, el diablo está demasiado tranquilo. Si el diablo está tranquilo, las cosas no están bien. Siempre la dificultad, la tentación, la lucha. El Espíritu santo hace la armonía, y el espíritu del mal destruye, hasta hoy día. Siempre esta lucha”.

Y, al frente, “los poderes temporales”. “Las personas pueden ser buenas, pero el poder temporal siempre es peligroso: el poder del mundo frente al poder de Dios”, explicó. Y detrás de esto “siempre está el dinero”. “No pongamos nunca la confianza en los poderes temporales ni en el dinero. La confianza del cristiano es Jesucristo”. Y así, concluyó, “la Iglesia avanza, en paz, con resignación, con alegría, entre los consuelos de Dios y las persecuciones del mundo”.

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