XXVIII MIÉRCOLES DEL TIEMPO ORDINARIO/CICLO B/ 17-10-2018
XXVIII MIÉRCOLES DEL TIEMPO ORDINARIO/CICLO B/ 17-10-2018
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 11,42-46
En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!»
Un maestro de la Ley intervino y le dijo: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.»
Jesús replicó: «¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!»
COMENTARIO.
Celebramos el Miércoles de la Vigésimo Octava Semana del Tiempo Ordinario. y la Iglesia celebra la memoria de San Ignacio de Antioquía. San Ignacio de Antioquía fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. Segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía. Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona de su glorioso martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano.
En el Evangelio de este Miércoles de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 11,42-46).
Jesús ha recordado que lo más valioso e importante es el interior de la persona: eso es lo que hay que depurar. Y el reproche a los fariseos, que se preocupan más por lo externo y los formalismos, se abre ahora a una serie de ejemplos recogidas en las llamadas “malaventuranzas”. Y es llamada a no descuidar lo esencial: el derecho y el amor de Dios.
Supliquemos a Dios que nos conceda valorar a las personas y descubrir en ellas su verdadero rostro. Amén.
www.marinaveracruz.net
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 11,42-46
En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!»
Un maestro de la Ley intervino y le dijo: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.»
Jesús replicó: «¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!»
COMENTARIO.
Celebramos el Miércoles de la Vigésimo Octava Semana del Tiempo Ordinario. y la Iglesia celebra la memoria de San Ignacio de Antioquía. San Ignacio de Antioquía fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. Segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía. Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona de su glorioso martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano.
En el Evangelio de este Miércoles de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 11,42-46).
Jesús ha recordado que lo más valioso e importante es el interior de la persona: eso es lo que hay que depurar. Y el reproche a los fariseos, que se preocupan más por lo externo y los formalismos, se abre ahora a una serie de ejemplos recogidas en las llamadas “malaventuranzas”. Y es llamada a no descuidar lo esencial: el derecho y el amor de Dios.
Supliquemos a Dios que nos conceda valorar a las personas y descubrir en ellas su verdadero rostro. Amén.
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