Pos-secular. Entrevista a J. Beriain (y Vivencias y convivencias 44)

Profesor en la Universidad Pública de Navarra y prolífico autor, Josetxo Beriain (1959) ha participado esta semana en Zaragoza en la XVI Conferencia Internacional del International Society for the Study of European Ideas (ISSEI).

Habla sobre 'el lado oscuro de la modernidad'. ¿Cuál es?

El lado brillante es el que explica el propio Weber; el de la ilustración o el de Saint-Simon cuando habla de ‘cada uno según sus posibilidades, a cada uno según sus necesidades’. Una mezcla de Prometeo y de Fausto: tenemos que trabajar y, a través del trabajo disciplinado, lograremos el progreso, salir hacia adelante. Pero por otra parte hay otra vertiente oscura en la modernidad que está en Auschwitz, que viene de ahí; esa exageración nacionalista de cultivar los propios dioses.

De Auschwitz hace setenta años.

Pero tenemos réplicas, mutaciones, actualizaciones. Ocurrió, pero tenemos unas versiones regresivas de la modernidad, frente a la modernidad progresiva. Por ejemplo, con los nuevos populismos. Hoy en día nadie tiene soberanía económica; la tienen las grandes compañías, llámense Facebook, Google o Apple. Y los líderes nacionales han traducido eso en lenguaje cultural. Es lo que hace Trump cuando lanza su campaña con ‘Make America great again’. Se dicen: ¿no tenemos soberanía económica? Pues vamos a hablar de soberanía cultural. A denunciar al que proyectamos como enemigo; en el caso del independentismo, España; en el caso de Trump, China.

Y no se entra así en el problema de fondo, desde su punto de vista, que es la pérdida de soberanía económica.

Efectivamente. La globalización es un fenómeno ambivalente. Estamos en una fase en la que si queremos hacer una transición rápida del petróleo a una economía limpia, mucha gente va a perder su trabajo. Tú no puedes decir: venga, estos 2.500 obreros, fuera. Por una cuestión social: tienes que graduar el tránsito de un modelo a otro. Hemos de ver cuáles son los límites que tiene el mercado o la democracia participativa, cuánto nos cuesta en todo. Y si estamos realmente dispuestos a abrir la puerta a este tipo de modernidad regresiva que viene de la mano de los neopopulismos.

Son tiempos de hiperespecialización y multitarea. ¿Cómo observa ambos fenómenos?

El gran asunto en el que estamos implicados es la velocidad: todo se hace rápido. Viajamos más rápido, escribimos más rápido, tenemos relaciones sexuales más rápido. El problema es que si todos hacemos todo más rápido, la sociedad colapsa. Pensemos en una autopista: si metes a toda la gente al mismo tiempo, se satura. La velocidad es interesante, sí, pero es necesario que haya islotes de lentitud y tranquilidad.

Tradicionalmente, el agente encargado de regular ese tráfico en la autopista ha sido el Estado.

Antes daba miedo Dios y luego dio miedo el Estado, que ha perdido peso con las grandes corporaciones. ¿Quién controla eso? ¿Qué Estado controla a Google o a Facebook? Son autorreferenciales. El Estado es una gran institución sin la cual no podemos funcionar, pero no puede intervenir en muchas lagunas que deja el mercado.

¿Qué distancia hay entre la mística y la pseudociencia?

En la civilización occidental damos un sobrepeso a lo científico-técnico, y eso a través de Prometeo y de Fausto ha creado un hombre con una gran racionalidad instrumental. Pero eso no significa que podamos amputar de nuestra forma de ser los elementos llámense místicos, míticos, simbólicos, de juego, de teatro. Siempre han estado presentes en todo tipo de civilización. Es un gran peligro el pensar que el último modo de racionalidad hace tábula rasa y elimina los anteriores. No es verdad. Nosotros vamos a ver los partidos a La Romareda o al Sadar, hacemos romerías, ahora llegan los Sanfermines, que es una semana de totemismo…

Los ritos no desaparecen.

El rito se ha metamorfoseado: ya no hay juegos violentos, sino racionales. La gente necesita jugar, ir a una iglesia, reunirse en un gran sitio y hacer un gran ritual, donde se ponen de manifiesto una serie de conductas que no son estrictamente de medio-fin, sino de otro tipo. El teatro ya se inventó hace miles de años, y el juego lo mismo. Lo que pasa es que hemos inventado cuatro artefactos y pensamos que va a ser lo definitivo. Es el gran error del presentismo moderno.

La religión está ahí y seguirá estando, según los expertos. ¿Está de acuerdo?

Andrés Ortiz-Osés, que ha sido un maestro para todos nosotros, tiene una noción muy interesante al respecto. Al principio era el matriarcalismo, la religión de la naturaleza emergente, la fuerza genesíaca, el toro, los tsunamis, etc. Luego eso se racionaliza, se sacraliza, y son los dioses, Buda, Jesús de Nazaret, etc. Y él defiende ahora una posición muy interesante: una noción de fratría. La naturaleza clásica y los dioses se reúnen en la fratría: la gente que es capaz de firmar un pacto social, un pacto cívico, a través de la democracia.

Pero eso es precisamente lo contrario a la religión, ¿no?

Es una religión abierta, civil, una teología secular que trata de recoger el rito y los mitos, acomodándolos a la sociedad en la que estamos ahora.



VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 44

    ---Dios es el día (dieus): el diablo es el día caído (la noche, el contrapunto). 

    ---El Dios unamuniano: el amor insurgente del dolor universal. 

    ---No veo al que me ve: el dios. 

    ---El hombre parece el demonio del dios. 

    ---La verdad es el sentido que asume el sinsentido. 

    ---El sentido es la verdad que asume su doblez o ficción. 

    ---El silencio como verdad latente y sentido latiente. 

    ---El silencio como protolenguaje del que provenimos y metalenguaje al que arribamos: a través de un interlenguaje de carácter intersticial. 

    ---Está el grito silencioso de Munch: y está el grito que silencia críticamente la barbarie. 

    ---En mi vida el silencio es la trascendencia inmanente: “el silencio redondo de la noche sobre el pentagrama del infinito” (G.Lorca). 

    ---No tanto la verdad cuanto el sentido: la verdad para los dioses y el sentido para el hombre. 

    ---No el hombre: lo humano es la medida del hombre. 

    ---La belleza del amor imposible. 

    ---Poesía: el revenir del tiempo a su convento. 

    ---El blog italiano nonQuotidiano me aprecia: por eso califica mis artículos de preciosos. 

    ---Lo más interesante del reformador tridentino san Carlos Borromeo: establecer en las parroquias o comunidades el “Libro del estado de las almas” o personas (Liber status animarum). 

    ---Perdonar sin olvidar: pues esto significaría olvidar el perdón. 

    ---La sociedad del descrédito: nuestra sociedad descreída. 

    ---Salmo 44: “Dios, nos has aplastado y amortajado, despierta y levántate: ¿por qué duermes?” 

    ---Tengo cáncer de colon, pero todos tenemos cáncer: la vida es un cáncer de la materia. 

    ---Pensaban que ante el cáncer me asustaría, pero a estas alturas ya he vivido y lo asumo como mi padre: que sea lo que Dios quiera. 

    ---Ahora que estoy malo la gente me quiere más: sería un buen momento para la transición trascendental. 

    ---Tener cáncer confiere cierta autoridad moral: pero desautorizada o desmoralizada físicamente. 

    ---En la pequeña biblioteca del Hospital Miguel Servet encuentro un libro de Aristóteles: pero resulta ser de Aristóteles Onassis. 

    ---En el Hospital se invierte el viejo mito del héroe: aquí los héroes son los médicos y enfermeras que no tratan de alancear sino de sanar al paciente dragón o monstruo enfermo. 

    ---Miguel Servet como médico y teólogo propugna la sanación y la salvación: y afirma que todos tenemos parte de verdad y de error, por lo que se trataría de compartirla (y no de partirla). 

    ---Según Bob Dylan somos piedras rodantes: que acabamos en piedras rodadas. 

    ---Tanto va el cántaro a la fuente que se decanta. 

    ---Un académico transcribe “pudenda muliebris” (el sexo de la mujer) como “pudienda muliebris”: el sexo femenino como poder feminista. 

    ---Todo el mundo predicando buen comportamiento: lo predican unos para otros y nadie para sí. 

    ---El peligro de formar una banda es acabar de bandolero. 

    ---Era una mujer interesante y tuve la suerte de conocerla: pero era la consorte del con suerte. 

    ---Reúno mi poesía en mi libro Poética del sentido: a veces cardo florido y otras cardo florecido. 

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