LA IGLESIA DE LOS SACRAMENTOS Y LA DE LAS OBRAS

La Iglesia a la cual nos referimos en general es la que corresponde a los siete sacramentos que constituyen el culto de ella: bautismo, confirmación, eucaristía, confesión, matrimonio, sacerdocio y unción de los enfermos. Todo el culto se radica en estos sacramentos que son actualizados, en la mayoría de ellos, por sacerdotes, obispos, cardenales. Por los sacramentos de bautismo y de matrimonio, laicos pueden proceder a ellos. En el caso del bautismo todo bautizado puede en caso de urgencia bautizar. En el caso del matrimonio, se reconoce que los ministros del matrimonio son los mismos que se casan. En este ultimo caso, la bendición del sacerdote se impone como para darle fuerza eclesial. Así es la Iglesia a la cual nos referimos. Los cristianos católicos son los que practican esos sacramentos que les abren el camino que conduce a la casa del Padre.
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¿QUÉ PASA CON LOS QUE NO PARTICIPAN NI VIVEN DE ESOS SACRAMENTOS?

Pienso que esta pregunta es, mas que nunca, muy pertinente. Hay, evidentemente los que, siendo creyentes, se alejaron, por distintos motivos, de esos sacramentos. Hay también todos los otros que no se identifican a una religión y se declaran, en muchos casos, sea agnósticos o ateos, siendo, sin embargo, personas comprometidas con las grandes valores que son la Verdad, la Justicia, la Compasión, la solidaridad etc. Estas personas son mas numerosas de lo que pensamos y muchas de ellas van hasta sacrificar su vida para hacer realidad estas grandes valores humanas. Dan, en muchos casos, testimonios que recuerdan a Jesús y a sus Evangelios. Si tienen una fe es en la Humanidad y en los derechos de cada persona de ser respetada y disponer de todo lo necesario para “el vivir bien”

La Iglesia institucional y sacramental no incluye a esas millones de personas de todas las partes del mundo por no ser participantes de sus sacramentos. No fueron bautizadas, no recibieron la confirmación, no se casaron por la Iglesia etc. Sin embargo, podemos entender, de lo que dijo Jesús del Juicio final, que la Iglesia, Pueblo de Dios, se identifica mas a los cuyo culto fue desarrollar obras de justicia, de verdad, de solidaridad, de compasión y de misericordia. No hay referencia, en la narración de aquel Juicio final, a los cultos sacramentales que promueve la Iglesia católica y las muchas otras religiones que se dicen cristianas.

Los criterios puestos de relieve en el Juicio final tal como nos lo cuenta Mateo 25, se refieren todos a comportamientos humanos relacionados con necesidades humanas.

Mateo 25:31 ^
Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria.


Mateo 25:32 ^
Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

Mateo 25:33 ^
Y pondrá las ovejas á su derecha, y los cabritos á la izquierda.

Mateo 25:34 ^
Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.5 ^
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis;

Mateo 25:35 ^
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis;7 ^
Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿ó sediento, y te dimos de beber?8 ^
¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos?

Mateo 25:39 ^
¿O cuándo te vimos enfermo, ó en la cárcel, y vinimos á ti?0 ^
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis

.¿QUE IMPLICA UNA REFORMA EN PROFUNDIDAD DE LA IGLESIA?

1. Una revisión completa del sentido y de la importancia que se da a los siete sacramentos que sirven de expresión de la Iglesia católica y de su forma principal de actuar en el mundo. El carácter de exclusividad que tienen no encuentra la catolicidad de la cual se reclaman. La idea de que no hay salvación fuera de la Iglesia y de los sacramentos no resiste al Juicio final del cual nos habla Jesús en Mateo.

2. El Estado del Vaticano, como poder político y religioso, tiene que apartarse de todos los modelos de los poderes políticos a los cuales se identifican en sus estructuras de poder y de gestión. Unos no pueden declararse servidores del pueblo estando en la punta de la pirámide de los poderes. Todos los miembros tienen que participar a la reconfiguración de la Institución eclesial y ellos deben decidir de los que quieren como responsables.

3. Se debe eliminar una vez por todo todos esos títulos de prestigios y esas vestiduras que no tienen su lugar en una Iglesia que representa a Jesús. No puedo, y no soy el único, imaginar a Jesús disfrazado en tales vestidos de príncipes.

4. Si las puertas de la Iglesia tienen que quedarse abiertas, no hay que olvidar que es, ante todo, para salir al encuentro de los que mas necesitan y juntarse a todos y todas que actúan con el mismo espíritu. Como dice Pablo, el Espíritu distribuye sus dones como bueno lo entiende y no se preocupa si se trata de uno que pertenece a una o otra iglesia. La Iglesia institución no tiene la exclusividad de la acción del Espíritu en el mundo. Le corresponde tomarlo en cuenta en su manera de ser y de actuar.

CONCLUSION

Me parece que un signo creíble de la Iglesia en su voluntad de volver al Espíritu de Jesús seria despojarse de todos esos signos de poder y grandeza, tanto en sus vestidos y títulos, como en sus formas de vivir humildemente con la gente sencilla y en hogares que integran a esos medios sociales humildes.

Marcos 8:34

Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.

Me imagino que los primeros a testimoniar por sus formas de vivir de estas palabras de Jesús son los que encabezan la pirámide (Papa, cardenales, obispos, nuncios apostólicos etc.) Son, por su mayoría, personajes de carrera dentro de una estructura de poder político y religioso. Actúan como si esas palabras de Jesús eran por los vecinos. Son carreristas, clericalitas como funcionarios dentro de cualquier gobierno.

El día 16 de noviembre de 1965, cuando estaba terminando el Concilio Vaticano II (1962-1965), algunos obispos, animados por Dom Helder Câmara, celebraron una misa en las Catacumbas de Santa Domitila e hicieron el Pacto de las Catacumbas de la Iglesia sierva y pobre. Proponían para sí mismos ideales de pobreza y sencillez, dejando sus palacios y viviendo en simples casas o apartamentos. Ahora con el Papa Francisco este pacto gana plena actualidad. Vale la pena recordar los compromisos asumidos por los obispos



http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=651

Después 58 anos, el Vaticano no se dedico a nombrar a sus obispos y cardenales a base de esos criterios que reflejan plenamente el Espíritu de Jesús y de los Evangelios. Al poner esos criterios, los candidatos de carreras se harían menos insistentes para ser nombrados obispos y cardenales. La reforma de la Iglesia empieza por allí.



Oscar Fortín
6 octubre 2018
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