¿Es posible una reforma de la Iglesia sin los profetas? (parte 2)












En un artículo previo, tuve la ocasión de recordar el lugar central que ocupan los profetas y los apóstoles en la Iglesia. En la foto principal aparece el cardenal para la doctrina de la fe en compañía de Gustavo Gutiérrez, el padre de la teología de liberación. Cada uno simboliza una de esas dos bases sobre las cuales se funda la Iglesia.

Los cristianos somos cimentados en esta Iglesia cuyas bases son los apóstoles y profetas, y cuya piedra angular es Cristo Jesús. En él, se ajustan los diversos elementos, y la construcción se eleva hasta formar un templo santo en el Señor.”

Lo que nos dice San Pablo es que la Iglesia está reposando a la vez sobre la autoridad de los sucesores de los apóstoles y y sobre la de los profetas. Si una de estas dos autoridades se apropia el conjunto de los poderes y se impone como única base de la Iglesia, ella no podra ser la Iglesia cuya piedra angular es el mismo Jesucristo.

LOS PROFETAS

En la historia del Antiguo Testamento, los profetas juegan un papel fundamental. Ellos son la palabra liberada que recuerda a los sumos-sacerdotes y a los reyes, el sentido que se debe dar a la Revelación divina. Los profetas denuncian con vigor las falsas interpretaciones que ellos, los sumos sacerdotes, dan, a menudo, para justificar mejor sus fechorías y para darse buena conciencia. Son estos mismos profetas que declaran que la fe no consiste en prácticas cultuales, pero en compromisos de vida al servicio de los pobres y de los abandonados.

“No me sigan trayendo vanas ofrendas; el incienso es para mí una abominación. Luna nueva, sábado, convocación a la asamblea... ¡no puedo aguantar la falsedad y la fiesta! Sus lunas nuevas y solemnidades las detesto con toda mi alma; se han vuelto para mí una carga que estoy cansado de soportar. Cuando extienden sus manos, yo cierro los ojos; por más que multipliquen las plegarias, yo no escucho: ¡las manos de ustedes están llenas de sangre! ¡Lávense, purifíquense, aparten de mi vista la maldad de sus acciones! ¡Cesen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a la viuda.!” (Is 1,13-17)

Así habla el Señor: Practiquen el derecho y la justicia; libren al explotado de la mano del opresor; no maltraten ni hagan violencia al extranjero, al huérfano y a la viuda; no derramen sangre inocente en este lugar.Esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días —oráculo del Señor—: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: "Conozcan al Señor". Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande —oráculo del Señor34)

En la historia del Nuevo Testamento, Jesús el Nazareno es por excelencia el profeta de los profetas. Sabe mejor que cualquiera lo que es la voluntad del Padre y no le importuna denunciar todo lo que va en su contra. Expulsa a los vendedores del templo, taja el legalismo de los fariseos y doctores de la ley, exige que los más grandes se hagan los más pequeños y que los potentes se hagan siervos. Recuerda que todos sean uno en el Espíritu de un nuevo mundo que debe construirse en la justicia, la verdad, la compasión, la solidaridad, etc.

El evangelista San Mateo describe, en el capítulo 23 de su Evangelio, una salida en regla de Jesús en contra de toda esta clase de fariseos y doctores de la ley que colocan sobre los hombros de los demás cargas que ellos mismos no pueden llevar y además les encantan pasearse por los lugares públicos con sus largas ropas para hacerse ver mejor.

Entre otras cosas, les dice esto con respecto al Templo de Jerusalén y los profetas:

Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: "De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido".”(Lc. 21,5-6)

Por eso, yo voy a enviarles profetas, sabios y escribas; ustedes matarán y crucificarán a unos, azotarán a otros en las sinagogas, y los perseguirán de ciudad en ciudad.”

“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no qusiste!
(Mt 23,37)

Hoy, este templo es el Vaticano cuya suerte no sabría ser diferente del Templo de Jerusalén en el tiempo de Jesús.

A lo largo de la historia de la Iglesia, hubo de estos profetas, de estos escribas que recordaron a tiempo y a destiempo lo esencial del mensaje evangélico, condenando la hipocresía de las autoridades eclesiales que se volvían en contra signo. San Francisco de Asís es uno de ellos y el papa Francisco se está aliando a este último para reconstruir la Iglesia que desea el Nazareno.

LOS CAMBIOS EN LA IGLESIA: REFORMA O CONVERSIÓN

Si dejamos a los únicos representantes jerárquicos de la Iglesia, sucesores de los apóstoles, de decidir los cambios que se imponen, permaneceremos en cambios cosméticos, en reformas de apariencia, en ajustes coyunturales. No volverán a poner en cuestión esta certeza sobre su propio poder, a saber que son los únicos en disponer de la voluntad de Dios y a garantizar su interpretación. En los hechos, los profetas no forman parte del sistema. No tienen acceso al consejo donde se toman decisiones en relación a las orientaciones de la Iglesia.

Es importante decir que el papa Francisco no debe perder ocasiones para romper esta certeza. Últimamente, en efecto, tuvo estas palabras a la intención de los sacerdotes, obispos y cardenales:

"Todos somos hijos de Dios", aclaró el Papa, para después dejar claro que "los que han recibido un ministerio para guiar, predicar o administrar los sacramentos no deben considerarse propietarios de poderes especiales, dueños, sino ponerse al servicio de la comunidad, ayudándoles a recorrer el camino de la santidad"o de una homilía, habló también de la importancia de los profetas y profecías en la Iglesia. Él los opuso incluso al clericalismo y al legalismo que mata toda vida, verdaderos apagones de toda vida.

"Cuando en el pueblo de Dios no hay profecía, el vacío que deja es ocupado por el clericalismo: es ese clericalismo que le pregunta a Jesús: ‘¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Con qué legalidad?'. Y la memoria de la promesa y la esperanza de seguir hacia delante se ven inducidas no sólo en el presente, sino en el pasado y en el futuro esperanzador. El presente es legal: si eres legal vas hacia delante."ng>“El profeta es un hombre de tres tiempos: promesa del pasado, contemplación del presente, valentía para indicar el camino hacia el
futuro.”

Numerosas son las voces proféticas que reclaman de la Iglesia-institución que se aligera del Estado del Vaticano,del banco del Vaticano,de sus nunciaturas apostólicas, que transforme su Derecho canónico en imperativos de justicia, verdad, solidaridad, compasión, misericordia. Estas voces proféticas recuerdan también que el pueblo de los creyentes dispone del Espíritu Santo tanto como los que lo reclaman para decidir los dogmas y prevalerse de una autoridad, muy a menudo querida para dominar y controlar que para servir.

En este contexto, la voluntad del papa Francisco de reformar a fondo la Iglesia institucional encontrará todas las condiciones ganadoras por lo tanto que integre esta palabra liberada de los escribas y de los profetas, los cuales se refiere Jesús en su discurso a los fariseos y doctores de la ley. (Mt. 23)

Por el momento, no es lo que sobresale de los recientes nombramientos, tanto en los puestos importantes que se debía colmar en la administración vaticana como en los distintos Comités creados para aconsejarlo.

A lo mejor, el Papa tiene otras referencias, menos conocidas, que le permitan tener en cuenta la voz de los profetas. Al remitirnos al aspecto oficial de estos nombramientos, reconocemos por la fuerza que estamos todavía en una Iglesia que se basa en una sola columna, la de los apóstoles y los profetas siendo ausentes.

Hay que poner de relieve este acontecimiento todo recién de la presencia en el Vaticano del padre Gustavo Gutiérrez al lado del cardenal Müller, encargado de la doctrina de la fe. Los dos se juntaron por el lanzamiento de un libro en el cual los dos participaron. Ojala, que no sea la única y ultima entrada oficial del profeta en la Iglesia del Vaticano, no como un acusado, sino como una inspiración y referencia fundamental.


Oscar Fortin
el 28 de febrero 2014
http://humanisme.blogspot.ca

http://humanisme.blogspot.ca/search?q=Où+sont+les+prophètes+dans+l'Église

en espagnol, un très bon article du théologien bibliste Xabier Pikaza

http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2013/11/14/dom-18-11-13-no-quedara-piedra-sobre-pie

http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2013/12/16/francisco-senor-libera-a-tu-pueblo-del-clericalismo-iglesia-religion-dios-jesus-papa-vaticano.shtml
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