Canzonetta spirituale sopra alla nanna.



Muchas veces he mirado a ese mendigo sentado en un entrante de la Gran Vía o a esa señora desgreñada pidiendo por sus hijos o a ese joven desastrado… Y me he puesto a imaginar lo que para sus padres supuso su nacimiento, la ilusión que pusieron en él sus padres, la alegría que sintieron con sus primeras palabras, las esperanzas que depositaron en él, el afán por verle “situado” en la vida… ¿Y ahora qué?

Y siento una profunda tristeza, una honda melancolía, una “sim-patía” por ellos(del griego sün pazos, que implica experiencia común, pena, desgracia, miseria, incluso amor o placer). Es sentimiento común: ¡si estuviera en nuestras manos, cambiaríamos su presente para que fuera como la niñez imaginó! El remedio de unas pocas monedas es casi una ofensa a su dignidad: preciso sería sacarles del pozo en que se encuentran. Poco o nada se consigue con darles monedas o alimentos, aunque necesario es, porque seguirán así al día siguiente…

Estas consideraciones han aflorado al hilo de un “regalo musical” que hoy traigo a este blog y que provocará, en quien escuche esta breve obra, los mismos sentimientos que abren el escrito de hoy.

El contenido literario de esta pieza musical tiene una cierta relación con el “Stabat Mater” del pasado tiempo de Cuaresma. Porque… ¿quién tendrá el corazón tan duro que no compadezca a la madre que ve cómo el fruto de sus entrañas termina en el cadalso? O en la cárcel o ajusticiado o mendigando por las calles o roto en cualquier pelea callejera… Es el drama de quienes la vida ha destrozado visto con ojos de madre.

Claudio Merula fue un compositor italiano “más”, de la pléyade que produjo el Renacimiento. Nació en 1533 y murió en Parma en 1604. Desconocido incluso para los melómanos. La casi totalidad de su obra es instrumental, para teclado (órgano o clave).

Canzonetta spirituale sopra alla nanna es una composición de unos 8 minutos para soprano y continuo (puede ser viola da gamba, laúd renacentista, espineta o arpa renacentista, instrumentos de sonoridad leve) en compás ternario y tonalidad menor. El acompañamiento es asombrosamente simple: la, negrasi bemol, blanca que se repite durante 162 compases, pudiendo realizar acordes de La mayor, si b séptima y sol menor. Sobre esta base armónica repetida se desarrolla una melodía que es a la vez nana, premonición y lamento. El fragmento final (el niño se ha dormido... "Hor che dorme la mia vita - del mio cor gioia compita - tacia ogn'un con puro zelo - tacian sin la terra e'l cielo")es una especie de recitativo.

El texto en italiano es una plática de la Virgen María al niño que tiene en brazos. Pudiera ser la canción de cuna dolorida de cualquier madre que pudiera ver el futuro de su hijo… Comienza así:

Ahora que es tiempo de dormir, duerme mi niño, duerme, no llores.
Tiempo vendrá en que tendrás que llorar.
Ah, bien mío, corazón mío, cierra esos ojos divinos
como hacen los demás bambinos,
porque pronto un oscuro velo privará de luz el cielo.
Ah, bien mío, corazón mío, fa la la, nina nina ná.
Chupa ahora esta leche de mis pechos intactos
porque esbirros crueles te prepara vinagre y hieles…
…Reposa estos tus miembros, graciosos y tiernos,
porque después hierros y cadenas les producirán acervas penas…
(siguen dos estrofas más con el ritornello de nana)

Difícilmente se encontrará en la historia de la música una canción de cuna de mayor delicadeza y ternura. Oír en este ENLACE

Aunque, por muchas razones personales que no hace al caso consignar aquí, pueden escucharla interpretada por la mezzosoprano Marta Infante... aunque la calidad de la grabación no es buena. ENLACE. Si este escrito llega a su conocimiento, ella me sonreirá.
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