Conceptos filosóficos que sustentan creencias... o barbaridades.

Nos referimos a la "creencia" que es el sustento de teologías y prácticas religiosas, el alma, concepto que no es bíblico sino helénico.

Si incluso sus orígenes exegéticos –pensamiento bíblico-- llevan a concepciones filosóficas contrarias a las que han conducido al tinglado organizativo actual, ¿por qué seguir manteniendo que el pensamiento actual no es tan deleznable como lo fue el primitivo?

Vayamos al sustrato que anima esta reflexión: la dualidad alma-cuerpo es una derivación del pensamiento griego, filosofía que la especulación cristiana tomó como propia, fundamentalmente la de Pablo de Tarso, para cocinar su doctrina.

Sin embargo la filosofía que anima la Biblia es bien diferente, porque asume y deriva del concepto egipcio y oriental del hombre como unidad.

En esa unidad sustancial del ser humano lo que se distinguen son “aspectos”, no componentes sustanciales: nefes, es el aliento vital que sustenta la vida y los deseos; ruah, viene a ser el pensamiento o conciencia; basar, que es la temporalidad, la transitoriedad del hombre, lo que no pervive; por último leb, o libertad de decisión.

Repetimos, son “aspectos”, no son “componentes” del ser humano.

Preciso es dar un paso más en la consideración de la "espiritualidad" del hombre, concepto necesario y "sine qua non" para todas las religiones. Al afirmarlo, sabemos que los crédulos que no miran más allá de la cáscara que les envuelve, alzarán su grito despreciativo: es preciso regresar al "sano materialismo", a pesar del trasfondo histórico tan sensibilizado hacia la creencia y a pesar de cualquier mala interpretación. Es decir, a la vista de los avances y consideraciones científicas, habría que deducir que "todo lo que existe es materia".

Pero... ¡hay tanta filosofía detrás de esta afirmación que las respuestas llenan sacos de invectivas sacralizadas!

La dialéctica se centra en el binomio alma/cerebro, donde las posiciones de partida ya están prefijadas y son inamovibles. Dialéctica "alma creada" frente a "alma asentada", "alma conjunto de actividades espirituales" frente a "alma igual a actividades cerebrales"...

Las neuronas, productoras del pensamiento, ¿qué son a la lupa de la biología? Materia animada, materia en función, materia en actividad. ¡Qué inmensa riqueza y virtualidad contiene la materia!

Copiando al filósofo, traemos a colación las nunca bien consideradas "cualidades" de la materia. Haga la prueba el lector y deténgase diez segundos en cada una de las cualidades de la materia: abierta, dinámica, ordenada, universal, evolutiva, constructiva, emergente, viva, consciente, personal.

La materia, por evolución, llega a la reflexión (Christian de Duve), a ser consciente de su propia función y de su propia entidad.

Quizá el nuevo paso que haya de dar la humanidad, paso cualitativamente relevante desde luego, sea el de crear elementos que dispongan de esa misma "consciencia", de esa misma "involución" sobre sí mismos, de ese mismo autocontrol, pero dependientes del hombre. Llegaríamos a la verdadera divinización del hombre, algo, concedámoslo a los crédulos, que ¡también estaba en la Biblia! Seréis como dioses.
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