Dios: analogías y absurdos.

Discutible y hasta rechazable. “Servata servandis” respecto a nuestra forma de conocer, es lo mismo que despreciar una cabaña de pastores en pleno monte, rústica y elemental, porque no tiene la elegancia y prestaciones de un palacio.
Siguen diciendo: Dios es “como” el hombre, pero en grado absoluto; como lo absoluto no cabe en la mente y Dios es lo que es, por eso a lo más que podemos aspirar es a “presentirlo”, pero no a conocerlo.Los más piadosos "lo sienten" dentro de sí, algo que roza la genialidad creadora.
¡Vaya forma más curiosa de definir a Dios! Todo por no admitir al hombre como es y por no aceptar que su conocimiento es el que es.
La simbiosis racional hombre-Dios o elementos humanos-elementos divinos es tan confusa y persistente que no induce sino a pensar... ¡que todo es humano! Más o menos: el hombre aspira a la perfección, el hombre personifica la perfección y a esa personificación ¡le da el nombre de Dios!
Si aplicamos la misma teoría “hacia abajo”, ¿se nos ocurriría pensar que exista un hombre que sea hombre-tigre, pero no metafórica sino realmente porque se muestra tan depredador como él?
Cuando el filósofo afirma homo homini lupus, nadie en su sano juicio llega a pensar que exista algún hombre que sea eso, un lobo, porque las características del lobo se asemejen a la conducta del hombre.
Insistimos en lo de tigre o lobo “realmente”. ¡Claro que no!. Todo es metafórico. Hoy el hombre se re-crea en los dibujos animados como hombre-araña, hombre-murciélago...
¿Y por qué no pensar lo mismo cuando “hacia arriba” miramos diciendo que Dios es la suma perfección de todo lo que en el hombre existe de bueno? Pues no.
Y dicen, afirman, prueban, exigen... una realidad ontológica para esa “sombra pensada”.
