LA FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA/ 2
φύσις κρύπτεσθαι φιλεῖ // La naturaleza ama ocultarse (Heráclito de Éfeso)
Πάντες ἄνθρωποι τοῦ εἰδέναι ὀρέγονται φύσει // Por naturaleza, todos los humanos aspiran al saber (Aristóteles)
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Debido al enorme peso que durante siglos tuvieron los grandes sistemas clásicos de Platón y Aristóteles, los llamados presocráticos pasaron a segundo término y hubo que esperar a los siglos XIX y XX para su recuperación y valoración.
Entre los trabajos más importantes de filólogos merecen citarse los de Zeller, Mondolfo, Gomperz, Burnet, Jaeger, Kirk-Raven, Cornford, Guthrie, etc. Y entre los filósofos destacan, entre otros muchos, los estudios de Nietzsche, Heidegger o Popper, desde enfoques diferentes.
Lo ideal sería complementar la filosofía con la filología, al tratarse de una lengua tan compleja, rica de matices y difícil de traducir como el griego antiguo, a lo que se suma la polisemia de términos básicos, como eón, lógos, phýsis, kósmos, arché, alétheia, areté, eídos, idéa, morphé, noûs, ousía, enérgeia, dýnamis etc.
Con muy buen criterio (heideggeriano), Martínez Marzoa, en el primer volumen de su Historia de la filosofía, comienza definiendo conceptos griegos básicos. Por ello, no todas las traducciones son fiables, al no hacerse desde el original griego, como la de Patricio de Azcárate, que traduce al español desde una versión francesa.
Uno de los mayores problemas para acceder al pensamiento de los presocráticos es el carácter reducido y fragmentario de sus escritos, que se hallan dispersos en muy variadas fuentes, desde Platón y Aristóteles a autores muy posteriores y pertenecientes a distintas escuelas (Teofrasto, Diógenes Laercio, Simplicio, Plutarco, Sexto Empírico, Aecio) siendo también importantes los testimonios de autores cristianos (Clemente de Alejandría, Orígenes o Hipólito).
Sin embargo, la obra imprescindible de recopilación y selección de textos presocráticos fue y sigue siendo el libro del investigador alemán H. Diels, Fragmente der Vorsokratiker (Fragmentos de los presocráticos) de 1903, con traducción alemana y completada más tarde por W. Kranz.
La reconstrucción de las ideas o sistemas de estos primeros pensadores a partir de textos fragmentarios de obras perdidas es muy semejante a la tarea arqueológica de recomposición de figuras a partir de restos descubiertos en las excavaciones.
De hecho, la interpretación del pensamiento presocrático fue hecho desde perspectivas muy diversas, por lo que estos autores fueron calificados como físicos, metafísicos, cosmólogos, ontólogos, teólogos o precursores muy adelantados de ideas y corrientes futuras, tanto filosóficas, como teológicas o científicas: materialistas, idealistas, monistas, panteístas, racionalistas, dialéctica, positivistas, vitalistas, evolucionistas etc.
Desde una perspectiva apologética, algunos autores confesionales han interpretado de forma dualista la historia de las ideas filosóficas, dividiendo los autores en “buenos” y “malos”.
Los primeros son los que se aproximan a la Verdad con mayúscula y los malos son los que se alejan de la misma. Por ejemplo, historiadores de confesión cristiana han tratado la filosofía griega como “preparación evangélica”, adoptando una actitud teológica más que filosófica o científica, especialmente al tratar la relación entre filosofía griega y cristianismo.