Metáforas.

El Dios secuestro.Dios llamó a mi puerta. ¡Mira que me lo advirtieron!
Si lo llego a saber no abro: se comió mi comida, me cambió la dieta, se durmió en mi sofá, me robó los cuadros... ¡Y yo lo veía!. El venía de arar sus campos y ensució de barro y estiércol mi alfombra, me cambió las cosas de sitio, me obligó a caminar de rodillas por los pasillos, me hizo cantar... ¡yo no quería!. Sus criados trajeron plantas, arbolillos, pinturas de pastiche, juguetes de cartón... Al final tuve que abandonar mi propia casa.
Se queja la Naturaleza.
Se ha escapado un sorbo de la naranja y un olor del clavel, dice el poeta. A decir verdad éstos ya no huelen, sólo son. También ha dicho el salmista que los cielos han eructado: sí, cuando yo pensé en Dios; y que las estrellas que veo en verano me roban el tiempo buscando si me he perdido entre ellas... Creo que son duendes volanderos que de vez en cuando me rozan. Entonces siento un leve escalofrío. Podría ser otra vez Dios. Peor. Quizá todas esas cosas me busquen para quejarse, porque no he oído su verdadera voz, creía entender otra. Sí, ahora oigo que se están quejando.

Los verdaderos corderos.
¡Qué espanto, los corderos han llenado de sirria el establo! ¡Desprenden una acidez insoportable! Y yo que los creía en los verdes campos del Edén, ramoneando las malas hierbas del mundo. ¡Si es que no son más que corderos...! ¡Ay, cordero de Dios!
En el banco de jureles.Ante la creencia me siento como inmerso en un banco de jureles acosados por delfines, gaviotas y atunes hasta que todos ellos sacian su hambre. No soy nadie dentro del banco ni tengo nada que hacer más que esperar a que se harten con los otros y no conmigo.
Venenos y serpientes.
“La serpiente me engañó”. ¿Por qué el Libro de los Libros hace metáfora de la “ciencia del bien y del mal” con la serpiente? Sencillos como palomas y astutos como serpientes. De la astucia pueden encontrarse similitudes con la zorra y se podrían encontrar nuevas semejanzas en el reino animal. ¿Por qué la serpiente ha perdurado hasta nuestros días como símbolo de la ciencia y de la astucia? “La ponzoña de la ciencia”, “el veneno del saber irracional”, “el tóxico de la razón”... Sí, la ciencia es ponzoñosaa, pero quizá sólo para la creencia. Por eso rezonga tanto.