Al fondo, casa del P. Revilla.
El juego de la "tuta" no sabe lo que guarda en su memoriaII.- Hombre y renombre.
Dicen que el Padre Revilla
buscando una vida nueva,
--según cuentan los papeles
que por estos pagos quedan--
se hizo fraile capuchino
en el convento de Ojeda
de la orden franciscana
por tantos hechos egregia.
Luis de Villamedianilla
adquirió en compra postrera
la casa que poseía
y sus sobrinos vendieran,
residentes hoy en Córdoba,
que aunque heredaran su hacienda
en usufructo sin deudos
gozaba otra parentela,
aquéllos que tras su muerte,
con el miedo por bandera
disfrutando de sus bienes
ni le mentaban siquiera.
Por don Luis hemos sabido
que el Padre Revilla era,
coronel con cargo y grado
del ejército de tierra.
Cuando el desastre de Annual
que en el Rif aconteciera,
el Padre Revilla estaba
en África y allí, cuentan,
ejerció de mediador
sin fruto ni consecuencia,
para canjear prisioneros
que en poder moro cayeran.
También allí conoció
a Franco, dicen las lenguas,
y hasta le hacen confesor
de figura tan egregia,
aunque bien poco sirvió
cuando llegó la tragedia.
(continuará)