Rouco frente a San Carlos Borromeo y de nuevo el pecado orginal.


Pues no: el pecado original no fue pecado de desobediencia, y menos pecado personal transmisible, como siempre han pretendido inculcarnos!

Eso es lo que a “ellos”, los constituidos en Iglesia y en autoridad, les interesa endosar.

En esto de ver “pecado” en casi todo, creemos que hay un conflicto de palabras. Sucede que lo que para ellos es pecado, para otros es cualidad, rasgo, cultura, discernimiento, logro. Es el "nefando pecado” de que el hombre sea racional, de que la especie humana sea racional y, además, trate de ejercer como tal. ¿Para qué ser racional si en lo que más importaría, la salvación, no puede el hombre ejercer como tal?

El Génesis pertenece a las narraciones “yahvistas”, con sus fuentes y características especiales. Recuérdese aquello del “árbol de la ciencia del bien y del mal”. La adquisición de la “ciencia” hace relación al término bíblico “conocer”. Sea referido a Adán o sea al Enkidu del poema babilónico "Gilgamesh", todos sabemos que se refiere a los cultos de la fertilidad.

El Edén, el árbol, la ciencia... todo remite a la influencia de la religión sumerio-acadia, la de la diosa Inanna-Ishtar.

Esa ciencia de que hablan es tanto la cualidad del ser racional como su ejercicio”: juicio, discernimiento, talento, experiencia, sabiduría, conocimiento, sagacidad... el ejercicio de una “facultad”.

El descubrimiento de su “desnudez” es, por una parte, conciencia de no ser animales por la especificidad racional del ser humano y, por otra, el descubrimiento de que el hombre es también cultura, esa cultura simbolizada en las vestiduras.

Para nuestro propósito, interesa resaltar dos cosas, una la oposición descarada entre dogma y análisis racional de sus Escrituras "in génere" y, otra, la referida en concreto a este pasaje, cual es que la ciencia sea la que les hace “como dioses”, con lo que toda la jerarquía o casta sacerdotal se viene abajo.

Era de importancia vital que calara y quedara grabado a fuego en el pueblo ese primer sentido del “pecado original”, la desobediencia a Dios (habría que añadir representado o encarnado en sus sacerdotes). El primer pecado, el origen de todos los pecados, el nefando pecado residía en "la desobediencia", lo mismo que el pecado de los ángeles caídos.


La advertencia es clara: todo el mal viene por no acatar las normas. ¡Cuidado con desobedecer!

Nihil novum sub novo sole. Rouco en el Paraíso de la autoridad. O Rouco que por acudir a "Las Fuentes", se la derriban. O Rouco que hace a San Carlos más Borro...

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