Visión humanista de un "conflicto" donde reinan matones ávidos de "paz" (2)

[Continuando el asunto "Conferencia del Sr. Uriarte".
FOTO: remisión a un posible estudio psicomorfológico del rostro, la mirada, las arrugas de la frente, el ceño, las comisuras de los labios...]
Soflamas de Uriarte o
“LA DIVAGACIÓN COMO ARGUMENTO”.
1) Mal empieza su conferencia hablando de “paz”. A lo largo de su locución, habla una y otra vez de “paz”. Con ello sucumbe derrotado ante un error lingüístico inducido porque no se trata de paz ni de guerra ni de adversarios enfrentados a muerte. Quizá sí eso de "que me dejen en paz", "quiero vivir en paz", "haya paz" o similares. Pero no es éste el caso. Los matones pro independencia, futuros caudillos totalitarios, se inventan un enemigo al que discriminan por sus ideas para así poder eliminarlo. No se trata de “paz” o “guerra”. Don Juan María podría o debería invocar una ley muy suya, apodíctica: la de su 5º mandamiento. ¿Le dice algo, Sr. Uriarte eso de “NO MATARÁS”? Pues eso. “Conditio sine qua non”.
2) Remisión reiterada al argumento de autoridad y formulación de deseos credoides. Citas de sus Jefes (JP2 y B-16). Y referencias a “oración”, “súplicas”, “deseos”. Sr. Uriarte, hay dos campos o niveles impermeables: nada tiene que hacer aquí la oración, que no es sino una formulación de deseos ante un Ser que para muchos es un referente vacío.
3) Pacificar, normalizar, reconciliar. De paz ya hemos dicho algo arriba. Respecto a normalizar, buscar un acuerdo sobre el futuro marco jurídico-político de nuestra sociedad ¿qué credenciales, prerrogativas, autoridad, fundamento y en base a qué se arrogan derechos los que pretenden “sentarse” en una mesa poniendo delante como acreditación sus gritos, sus pistolas, el miedo provocado y sus asesinados? ¿O quién les ha elegido para ello? En todo caso los únicos legalmente capacitados serían el PNV y partidos afines en su proyecto nacional.
4) La reconciliación alude a la recuperación de una convivencia basada en el respeto y aceptación mutua de personas y grupos hasta ahora enfrentados. Insistimos en que el único enfrentamiento legal, político y válido se daría entre el PNV y similares, que propugnan y no niegan la independencia, frente a quienes defienden instituciones no nacionalista: ¿qué más añaden y qué pintan los matones? Si de respeto habla el Sr. Uriarte, los extorsionadores ya tienen el respeto del miedo. ¿Qué respeto les merecemos nosotros? ¿Se lo tendremos luego, cuando instauren un estado totalitario?
5) Hablo exclusivamente en mi nombre, no en nombre de los obispos del País Vasco. Sintomático y significativo. ¿Es esto "por si acaso"? ¿Tan poca confianza tiene en su criterio, que deriva de su privilegiada posición? ¿Reconoce con ello que no todos opinan como Ud?.
6) La Iglesia en el País Vasco se interesa... ¿No dice antes que sólo habla a título personal? Y por otra parte, ¿qué títulos políticos esgrime la Iglesia para ello? ¿Hay unidad de criterio en la Iglesia? ¿No han tomado partido ya –el miedo es buena consejera-- por una opción determinada? ¿El documento madrileño salido del entorno de Rouco, ya no tiene vigencia?
7) La desaparición de ETA es una pieza clave... Sr. Uriarte: si hubiese desaparecido ETA, hace tiempo que el problema generado por su propia existencia habría desaparecido. ¡Claro que es clave! Pero también es clave que España e incluso el Estado Nacional Vasco siga siendo "Estado de derecho" [todos los ciudadanos sometidos a la única ley]. Conseguido esto, se sentirían con derecho a obtener todo lo demás por la misma vía.
8) La ausencia de atentados mortales... expectativa de paz... ... El «alto el fuego»... ¿Vivir en paz es SÓLO confiar que no te maten? ¡Qué concepto más pobre, Sr. Uriarte! ¿Y poder hablar en el bar como se habla en Bollullos del Condado, sin miedo a los guardianes de las esencias patrias? ¿Y no recibir cartas con recibo incluido? ¿Y esperar que amanezca con la certeza de que el negocio sigue ahí? ¿Y subir a un autobús sabiendo que no va a ser quemado? ¿Y el poder impartir clase diciendo lo que uno quiera sin recibir pitadas, amenazas o insultos? Y así un largo etc. Recordemos los tiempos de la Inquisición cuya perversión no estribaba tanto en los ajusticiados cuanto en el secuestro de toda una sociedad.
9) El sí del Parlamento. Diga Ud de medio Parlamento. Más aún, si le hubiesen preguntado al pueblo, si palpara el sentir de la gente normal, percibiría cómo, tal cual van las cosas, el % de los que están diciendo NO a este chalaneo es muy alto.
10) Habla ahora de obstáculos puestos por el Estado: ...decisiones judiciales, prohibiciones de encuentros, detenciones policiales, declaraciones tajantes de responsables del Gobierno de España... ¿Qué quiere decir con esto, que el Estado se tiene que parar? ¿...que no hay que cumplir las leyes? ¿...que no se puede ejercer la verdadera autoridad ni someterse a la ley? ¿Que la ley debe acomodarse a las circustancias cambiantes?
11) Y sigue con el análisis equivocado de la situación: ...nutrido intercambio de agravios y confrontaciones ...vascos [que tienen] su ya fraguada convicción de que el camino emprendido por el Gobierno no es el camino de la paz y, por supuesto, no es «el suyo».
12) La esperanza es un activo necesario para resolver los grandes problemas. Adelantando conclusiones, ¿sabe Ud cuál era mi esperanza hace bien poco? Que el Estado acabara con los matones, que los sometiera al imperio de la ley, que les hiciera desaparecer de la faz del País Vasco, que volvieran a su trabajo normal, que fueran gente "de provecho" y no de "me aprovecho". La misma ley que me obliga a mí a no exponerle a Ud al ludibrio de las masas, la misma que me obliga a no robar, a no destrozar mobiliario urbano, a pagar a Hacienda, a no asaltar un Banco, a no amenazar a los demás, a acudir a una citación judicial si me llaman... ¿No cree que el Estado debe buscar también de esos “herejes sociales” que se sometan a la ley común? ¿Por qué ellos no y yo sí?
13) ...que los diferentes actores de quienes depende la paz le ofrezcan motivos[al pueblo] para seguir esperando. Uno de estos actores es la Iglesia. Petición de principio para un “actor social” descalificado por la Iglesia misma; actor autonombrado. Aunque quizá sea realmente un “actor” que “representa” algo sin ser lo que representa, la Iglesia, “tinglado de la antigua farsa”.
14) La Iglesia puede y debe contribuir a sostener esta esperanza histórica porque ha recibido del Espíritu Santo (¡!) un sedimento inagotable de esperanza escatológica (¡!) que es capaz de encender las auténticas esperanzas históricas (¡!). ¡Ah, ya salió la gran razón para ser un actor social! ¡Razón convincentísima, inapelable, genial! Si yo, que no comulgo con el credo desde hace tiempo, hubiese estado presente, habría soltado la gran carcajada escatológica. Relució el pelo de la dehesa . La conferencia trocose en sermón dominical.
15) Los creyentes más motivados son conscientes de que, en su medio vital, han de ser «ambientadores» que fagociten el «mal olor» de la desmoralización y del escepticismo y emitan la fragancia de la esperanza. O sea, que los creyentes deben alentar esa “negociación”, como si se tratara de dos entidades en igual plano.
Y por no cansar con similares razones, pues quedan cinco folios por exprimir, digamos que tal discurso tiene la misma entidad inane que aquel otro documento nacido del rouqueño venero que analizaba el terrorismo pero ¡con signo radicalmente contrario!
Pónganse de acuerdo antes de hablar.