Lo de Pagola y Masiá hay que aclararlo cuanto antes.

No se puede seguir así. Por ellos, por la Iglesia, por los católicos. Todos tenemos derecho a saber si son sacerdotes que comulgan con la fe de la Iglesia o si no. Si lo que dicen lo deben o pueden aceptar los católicos o no.

Me cuentan que en la última permanente de la Conferencia Episcopal hubo una más que notable trifulca respecto a Pagola. Y que Blázquez y Sánchez se retiraron con el rabo entre piernas.

Hasta se comenta que existe, yo no lo he visto y no puedo acreditar su realidad, un informe de un famoso teólogo, que a mí no me cae nada bien, demoledor con el libro de Pagola.

No se puede seguir viviendo así. La niebla es un inútil y malvado accidente atmosférico. O lluvia o sol.

Quienes piden el silencio me parece que llevan plomo en al ala. Que no se discuta la paternidad de fulanito sobre tal niño. El derecho a la intimidad, a la libertad individual, a lo que se quiera. Pues no. Háganse las pruebas de paternidad y si lo es, lo es y si no, pues no lo es. Y se ha zanjado el problema. Para siempre.

A los católicos se nos tiene que decir si lo que sostienen Pagola, Masiá y otros es la fe de la Iglesia o no. Porque estarnos tirando los trastos a la cabeza, yo a la hermana Virtudes, los jesuitas Scheifler y Arregui al obispo de Tarazona o a Rico Pavés, el teólogo mencionado, de ser cierto lo que circula, al exvicario de Setién, Don Demetrio y unos cuantos a Pagola, Luis Fernando Pérez Bustamante y yo a Masiá, y etc., etc. es de locos.

Esto no se puede mantener. Diga la Iglesia lo que tenga que decir y todo se habrá acabado.

¿Pagola, Masiá, el CET de Sevilla, el Forunm Alsina... son palabra de Dios? pues bendito sea. Yo reconoceré que me había equivocado al entender la palabra de Dios. ¿Están diciendo barbaridades, herejías, cuestiones muy discutibles? Pues tal vez también ellos lo reconozcan y pasen a profesar la fe de la Iglesia.

Y si ellos, o yo, nos negáramos a aceptar lo que la Iglesia declare pues pasaríamos a una situación cismática. A lo que también tendríamos derecho. Pero aclaradas las posiciones.

Lo de hacer el avestruz se ha terminado. Y no conduce a nada bueno. Sólo a mantener una polémica que no debe existir entre hermanos. Y que crecerá cada vez más si nuestros pastores rehusan a ejercer la más alta de sus misiones. La de enseñar. Para llevar a su grey al cielo.

Cuanto antes nos digan lo que tenemos que pensar: Pagola, Masiá y todos los que nos encontramos en esta incertidumbre, mejor para todos.

Las próximas elecciones son una bobada respecto a esto. La Iglesia va a sobrevivir bajo Diocleciano, Stalin o Rodríguez Zapatero. Y ya me cuesta colocar a este último en comparación con los otros. Porque es, aunque les fastidie a algunos, otra cagarruta de mosca.

Pero la Iglesia necesita saber lo que tiene que creer. Sobre Cristo, sobre María. Porque si no cree no puede sobrevivir.
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