Verdaderamente en olor de multitudes.

Se dice, Maestro Ciruela, en olor de multitudes y en olor de santidad. No en loor. Y supongo que le fastidiará coincidir en su ignorancia con Jiménez Losantos que hace algún tiempo porfió en su programa por el loor. Recuerdo, como autoridad, un hermoso artículo de Eugenio Montes, de la Real Academia Española, sobre el asesinato del canciller austriaco Dollfus y que concluía así: "Murió en olor de multitud, como los héroes. Y murió en olor de humildad, como los santos".
Cierto que se encontraban muchos obispos en Madrid haciendo Ejercicios Espirituales. Pero después de una semana o casi fuera de la diócesis estaba muy justificado que el que no tuviera mucho interés en asistir a la ceremonia, porque no simpatizara demasiado con el nuevo obispo o porque tuviera un compromiso en su diócesis, no se quedara a la ordenación.
También quiero agradecer a la Oficina de Información del Arzobispado de Madrid su amabilidad en hacerme llegar esta tarde la lista de los obispos asistentes. Que también me ha llegado enviado por quien lleva un Blog colega y por un habitual y doctísimo comentarista de este Blog. A todos mi reconocimiento.
Y ahora a los obispos. Con Ejercicios Espirituales o sin ellos más de 70 obispos son una auténtica pasada y permiten asegurar que el ya mañana monseñor Martínez Camino repetirá otro quinquenio al frente de la Secretaría general del Episcopado. Lo tiene chupado. No creo que haya habido en toda la historia de España otra consagración que se le pueda comparar por el número de hermanos asistentes.
La representación episcopal está encabezada nada menos que por cinco cardenales. Los de Madrid, Sevilla, Toledo y Valencia más Don Francisco Álvarez, cardenal emérito de Toledo. De todos los cardenales españoles sólamente van a estar ausentes los dos barceloneses. Y Don Ricardo María Carles tiene ya 81 años.
Los obispos catalanes suelen ser reacios a salir de Cataluña. Sin embargo mañana estarán presentes el arzobispo de Tarragona, los obispos de Urgel, Tortosa, Tarrasa y Vich y el auxiliar emérito de Barcelona, Tena. En activo sólo faltarán, además del arzobispo de Barcelona, los obispos de Gerona, Solsona y San Feliú de Llobregat.
Más sorprendentes son las ausencias vascas. Sólo estará presente Don Ricardo Blázquez que como presidente de la Conferencia Episcopal estaba obligado a acudir a la ordenación de su secretario. Aunque no me cabe la menor duda de que acudirá encantado. Pero quizá sean llamativas las ausencias de los otros tres: Uriarte, Asurmendi y Echenagusía.
La archidiócesis de Madrid va a estar al completo, auxiliares incluidos. Y las Islas, tanto las Baleares como las Canarias.
Galicia estará casi al completo: el arzobispo, los obispos de Orense y Mondoñedo-Ferrol y el electo de Lugo. Ausente Don José Diéguez, obispo de Tuy-Vigo, muy renuente a salir de su diócesis.
Al completo también la archidiócesis ovetense: Oviedo, Santander, León y Astorga, más el obispo auxiliar.
Granada, encabezada por su arzobispo, con todos sus sufragáneos: Málaga, Guadix, Almería y Cartagena. Falta sólo Don Ramón del Hoyo (Jaén) que se encuentra en Cuba en una reunión sacerdotal.
De la provincia eclesiástica de Sevilla, todos. Ya hemos citado al cardenal y a los dos canarios. También estarán Cádiz, Córdoba, Huelva y Jerez.
Burgos, en cambio, va a estar poco representada. Solamente por Don Ricardo Blázquez y por monseñor Munilla. No estarán ni el arzobispo ni el obispo de Vitoria. Y Osma-Soria está vacante.
De Extremadura estarán el arzobispo y el obispo de Plasencia. El de Coria-Cáceres está perdidísimo. Aunque no tengo la menor duda acerca de sus simpatías por el nuevo obispo.
De Pamplona el arzobispo y los obispos de Calahorra y Huesca y Jaca, en este caso por Jaca pues Huesca es sufraganea de Zaragoza. Faltará, ya lo hemos dicho, San Sebastián.
De Toledo faltará solamente el obispo de Sigüenza-Guadalajara pues acompañarán al cardenal, su obispo auxiliar y los obispos de Ciudad Real, Albacete y Cuenca.
De Valencia acompañarán a su cardenal todos los obispos residenciales: los tres isleños más los de Orihuela-Alicante y Segorbe-Castellón y uno de los tres auxiliares de Don Agustín, monseñor Escudero.
Valladolid estará casi al completo, encabezada por su arzobispo: Ávila, Ciudad Rodrigo, Segovia y Zamora. Sólo faltará Salamanca.
Y Zaragoza, también con su arzobispo, sólo tendrá una ausencia: Barbastro-Monzón. Allí estarán los obispos de Huesca, que por ser el mismo que de Jaca ya le hemos contabilizado, Teruel y Tarazona.
Además acudirán los arzobispos eméritos de Valladolid, Badajoz, Castrense y Zaragoza y los obispos eméritos de León (Vilaplana), Tenerife (Fernández), Segovia, Almería y Orihuela-Alicante (Oliver).
Setenta obispos. Más el secretario de la Conferencia episcopal checa, que entiendo lo dan como obispo pero tal vez no lo sea, el obispo de Newark (USA) y el emérito de Corocoro (Perú). Que serán, por tanto, setenta y dos o setenta y tres.
Más unos cuantos jesuitas de nombre en la Compañía. Con lo que, teniendo en cuenta que provinciales y asistentes estarán mañana en Roma para elegir precisamente ese día al sucesor de San Ignacio, me parece una lucidísima representación que echa por tierra la tan cacareada animadversión de los hijos de Loyola hacia el jesuita P. Martínez Camino. Parece que van con gozo a laconsagración episcopal de su hermano de Orden.
Echo en cambio de menos la ausencia de las cabezas de la CONFER y la FERE. No digo que no vayan a asistir. Sólo que no les mencionan.
Pues esto parece un plebiscito. Apenas hay ausencias. Y unas cuantas de ellas no indican el menor posicionamiento en contrario. Simplemente años, comodidad, una gripe u otras ocupaciones. Por ejemplo las de Gil Hellín, Diéguez, Cerro, López Hernández, Cortés y tal vez Traserra.
Sólo son notables, porque pueden tener otro significado, las del cardenal Martínez y las de Carrera, Soler, Uriarte, Echenagusía, Asurmendi y Sánchez. Tres de ellos con la renuncia ya presentada y otro a menos de cinco meses de hacerlo.
Sobre Milián no me atrevo a pronunciarme en ningún sentido. Prefiero incluirlo en el primer grupo. Y de los dos auxiliares de Valencia, a quienes Don Agustín guarda tan celosamente pues no les deja ir a ningún sitio, no hay nada que decir. Seguro que están encantados con la ordenación del P. Martínez Camino.
Concluyo diciendo que me alegra mucho esta manifestación de afecto espiscopal a quien mañana va a engrosar las filas de los sucesores de los Apóstoles. Pocas personas en la Iglesia española han recibido tantas agresiones como él. Mañana va a tener un día glorioso. Me alegro mucho.
Concluyo haciéndole llegar desde aquí mi enhorabuena y asegurarle mis pobres oraciones para que sea un santo obispo.
P.D.: Me olvidé del nuncio. Que también va a estar.