¿Victoria pírrica de Lumen Dei?

La renuncia de Don Fernando Sebastián como Comisario Apostólico de Lumen Dei fue recibida como una victoria del sector desobediente de Lumen Dei. Por otra parte absolutamente mayoritario. Se habían cargado a quien desde el primer momento se negaron a obedecer. También circuló, o hicieron circular, la noticia de que el Comisario se iba a convertir en simple Visitador. Pero en los últimos días ha debido decaer mucho su optimismo.

Don Fernando Sebastián da la impresión de que renunció al verse desautorizado por quien debía apoyarle. Y con las sutilezas eclesiales propias lo ha hecho ver. No acudiendo a Roma a la reunión a la que había sido convocado y en la que participaron los cardenales Bertone y Rodé. Vamos, que se fue dando un portazo. Justificadísimo. Es imposible no entenderlo como que el pelo se lo van a tomar a otro.

Se habían deshecho los secuases del odiado enemigo con el que, desde el primer momento se habían negado a hablar. Ya sólo quedaba otro "malo", el obispo de Cuenca. Que parecía el segundo gran derrotado. O así nos lo querían hacer ver.

Pero parece que monseñor Yanguas no estaba tan rematado y fue convocado, y asistió, a la reunión vaticana con los cardenales. Y no debió ser allí desconsiderado cuando publicó una carta fechada el 21 de mayo desmintiendo una serie de falsedades según opina el obispo. Y digo el obispo porque, aunque no la firma él sino el vicario general, el judicial, el secretario-canciller y el director de la Oficina de Prensa, nadie se cree que no fue consultada con el obispo. Parece claro pues que el prelado conquense no quiere el silencio sino defender sus posiciones siendo la última manifestación de ellas la sentencia sobre el P. Mahía.

Hoy se han hecho públicas, pueden leerse en Ecclesia Digital dos cartas de gran importancia. La que dirige, como despedida, monseñor Sebastián a los miembros de Lumen Dei, fechada el 22 de mayo y la que el cardenal Rodé envía a Don Fernando aceptándole la renuncia, de fecha 12 de mayo.

A la del arzobispo emérito de Pamplona, una vez cesado en sus funciones, se le podrá dar escaso valor. Pero hay en ella palabras muy duras: los que "os habéis mantenido obedientes a los antiguos Superiores, a pesar de que hubieran sido destituidos por la Santa Sede"; "nadie tiene en la Iglesia ninguna autoridad al margen o en contra de la autoridad universal de la Santa Sede"; "quienes os habéis mantenido hasta ahora en la desobediencia y en la resistencia contra la verdadera autoridad eclesial".

La del cardenal Rodé es todavía más dura: "Nada ha sido suficiente, por desgracia, a romper la osbstinada contumacia de la dirección de Lumen Dei en el rechazo del nombramiento del Comisario Pontificio"

"Excelencia Reverendísima, le expreso un vivo agradecimiento y profundo aprecio por su pronta disponibilidad, a pesar de la edad, para rendir este servicio a la Santa Sede, y por la calidad y el amor del trabajo que ha desarrollado. Aunque no se haya podido llegar a una solución del asunto, su trabajo ha servido para clarificar la grave problemática que se debe afrontar".

"Será preocupación de este Dicasterio encontrar el modo de recuperar y restituirle el montante de dinero gastado para hacer frente a las urgentes necesidades administrativas de las cuales Vd. ha tenido que hacerse cargo durante el mandato de Comisario Apostólico".

Pues ya lo saben: la obstinada contumacia. Durillo suena.

Menudo marrón han hecho caer sobre las espaldas de Don Jesús Sanz, el nuevo Comisario, que no Visitador. Encomendémosle a Dios para que le ilumine en su trabajo. Y yo me atrevería a recomendarle que pidiera al Vaticano provisión de fondos. Porque seguro que en las arcas de Huesca y de Jaca no hay con qué.

Y sigo sin entender tanta paciencia con la obstinada contumacia. ¿O se va a desautorizar también al cardenal Rodé?
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