Sí, era basura. Y Juan Arias ha quedado pulverizado.

La puntilla a ese sacerdote secularizado e impresentable se la ha dado Olegario González de Cardedal. Destrozando su miserable artículo. Tan impresentable que hasta El País que lo había recogido debió sentirse avergonzado y da la puntilla a su corresponsal acogiendo la réplica del catedrático de Salamanca.

Después de esa descalificación absoluta que pone en evidencia las miserias de Juan Arias si tuviera un mínimo de dignidad se jubilaría de ese periodismo basura que ha cultivado toda su vida. Pero la vida del cura secularizado es muy dura en la mayoría de los casos y la nueva familia quiere comer. Familia además tardía y que hay que mantener con muchos años. En este caso con setenta y siete. Y se hace lo que se puede. Aunque no se deba. ¿Pagan por arremetar contra la Iglesia? Pues a por ella. Pero pasarse tanto no es bueno. Porque te desacreditas todavía más. Y hasta te pueden cortar la limosna que te daban en pago a tus traiciones.

No tengo yo demasiada simpatía a Olegario González de Cardedal. Pero justo es reconocer el mérito de su desautorización a Arias. Lo cómodo para él hubiera sido callar. Venció sobre ello su sentido eclesial. Gracias. Dios se lo pagará.

No han quedado bien mis "amigos" Víctor Álvarez y Antonio García. A quienes pareció haberles encantado la porquería de Arias. Aunque evidentemente el excura les importa un bledo y la ilusión de sus vidas es criticarme. A ver si se atreven con Olegario. Que tiene del exredactor de Pueblo el mismo concepto que yo. Malísimo. Pues también me alegra mucho la parte de desautorización que a ellos les corresponda. Aunque no sean nadie. Aunque tampoco sean nadie. Todavía menos que Juan Arias. Y ya es decir.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Aclaracion/elpepuopi/20090417elpepiopi_8/Tes
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