El administrador apostólico de Lérida, Don Javier Salinas, se ha apresurado a hacer declaraciones nada más ser nombrado. Acojonadito. O acullonadet.
Ante todo, lo más importante, que de los bienes aragoneses él no va a decidir nada. No se vayan a alarmar quienes quieren seguir sin devolverlos. Qué más da lo que haya dispuesto el Vaticano. Yo no voy a hacerle caso alguno. Faltaría más. Lo importante es el catalanismo. Lo demás, menudencias.
Esa Iglesia está podrida.