¿Se mueren las Órdenes y Congregaciones religiosas? (y VI)

Los marianistas 3110 en 1959 y 1503 en 2004.
Santo Domingo de Guzmán fundó una de las Órdenes que más gloria han dado a la Iglesia, los Predicadores o Dominicos. También la crisis les afecta gravísimamente: Los 9508 de 1959 son, en 2005, 6109.
Los Teatinos prácticamente han dejado de existir: 1205 en 1959 y 197 en 2004
Y ese camino llevan los Clérigos de San Viator: 1801 en 1959 y 682 en 2004
Descienden también los Cartujos: 457 en 1973 y 335 en 2005
Y prácticamente se mantienen los Estigmatinos: 452 en 1973 y 427 en 2004
La situación es todavía mucho peor de lo que cantan las cifras con ser esta ya muy mala. Porque la edad media de casi la totalidad en estas Órdenes y Congregaciones es elevadísima. Casi la mitad de sus miembros tienen más de setenta años y muchos de ellos no sólo son inútiles para todo trabajo sino que además precisan asistencia. No pocas casas religiosas son ya un asilo de ancianos.
Nunca he dicho que el Concilio necesariamente tenía que producir esto porque no es verdad. Sus documentos no implican, de modo alguno, la desaparición de la vida religiosa. Incluso deberían fomentarla. Pero, con el Concilio, apareció su famoso "espíritu" que ese sí que acabó con todo. Supongo que a la vista de estos datos nadie se atreverá a hablar de aquella primavera de la Iglesia que se anunció a bombo y platillo. Lo que ha llegado es un invierno gélido.
Se suprimieron la vida en común, la oración comunitaria, la ascesis, la obediencia a la autoridad, el respeto a las reglas, la pobreza... Cada religioso vive como quiere y donde quiere, no da cuenta a nadie de sus actos, sus verdaderos amigos, del uno o del otro sexo, son personas ajenas al Instituto, con quienes comen, cenan y hasta pernoctan. Ni el superior pregunta lo que hacen ni los súbditos le dan cuenta. Cada uno administra su propio peculio y con que entregue algunas cantidades para el mantenimiento de la casa común el que manda se da por satisfecho. Cada uno se compra los trajes, las corbatas y los zapatos que le gusten y viajan a donde quieren. Los hay que se limitan a decir en la portería de su casa que van a estar tres días o una semana fuera y en ocasiones ni eso. Y nadie les pregunta por qué se ausentaron y para qué.
Bien sé que esto no es lo general. Que aun quedan bastantes religiosos que mantienen algo las reglas de su instituto. Pero mucho más por propio espíritu que por que se lo exija nadie. Y esos habrán pensado más de una vez si no están haciendo el canelo al ver el comportamiento de otros hermanos de su casa o de su piso.
Tampoco es igual la situación de un monasterio benedictino o cisterciense donde la vida suele trancurrir intramuros que en Órdenes o Congregaciones que desarrollan su actividad o gran parte de ella fuera de sus casas.
En los años posconciliares tanto aflojamiento de la disciplina y tanta secularización produjo un doble fenómeno: una desbandada general y la ausencia de vocaciones. Las cifras se desplomaron. El primero de esos hechos se ha detenido bastante y ahora los abandonos ya no alcanzan aquellas cifras espectaculares de los años setenta. Pero, como subsiste la falta de vocaciones el número sigue descendiendo. Ahora la causa principal son los fallecimientos que no pueden ser compensados con los escasísimos ingresos. Que, ante la relajación general, no llegan, en bastantes ocasiones, a permanecer mucho tiempo en el Instituto.
Muchas de esas Órdenes y Congregaciones tenían, además, un vivero vocacional en sus colegios. En los que reclutaban a la gran mayoría de los que pasaban a ingresar en sus filas. Jesuitas, salesianos, maristas, marianistas, franciscanos... Dirección espiritual, ejercicios de San Ignacio, oración... Y sobre todo un ejemplo de vida entregada a Cristo. Y había jóvenes que se sentían llamados a ser como ellos. Todo eso desapareció y con ello las vocaciones. Y más de uno pensaría que para ser como ese señor que vive y viste como mi padre, que tiene un coche peor que el de mi padre y además no se puede casar, pues yo, abogado del Estado o ingeniero de Caminos o médico, como mi padre. Y si a alguno le da por los pobres pues sindicalista o a África con Médicos sin Fronteras.
Si suprimes a Cristo y la entrega a Él por amor que corresponda al que Él nos tiene, nadie se mete cura. Y suprimieron a Cristo. Así les fue.
Y además perdido el campo no hay cosecha. Y el campo lo han perdido. Porque en los actuales colegios apenas hay ya religiosos. Con otro agravante. Al joven le atraía el religioso joven, entregado, dinámico... Quería ser como él. No como aquel Padre de setenta y cinco años que explicaba latín. Pues no quedan. Como mucho algún septuagenario que crees que es cura porque te lo dicen.
Sé que hay más causas. Antes familias numerosas cristianas y de escasos recursos veían en el sacerdocio una salida para un chico espabilado. Una boca menos y después podría hasta ayudar a sus hermanos. Pues ya no hay familias numerosas, el nivel de vida ha aumentado y aquellas provincias que daban cientos de vocaciones, miles, se han descristianizado: Navarra, las Vascongadas, la Cataluña rural, Palencia, León, Valladolid, Asturias, Galicia... ¡Cuántos dominicos asturianos! ¡Cuántos jesuitas vascos, de Palencia...! ¡Cuántos maristas catalanes!
Todo ello ha llevado a la ruina actual. Y ha arrastrado a idéntico fracaso en las congregaciones femeninas.
Qué esto es así es la pura verdad. No tengo ningún resentimiento, no me han echado de ningún noviciado, hasta lamento tener que decir lo que digo. Pero es así. Durante mucho tiempo se han negado los religiosos a reconocer su situación. La ocultaban, miraban para otro lado, nunca habían estado mejor. Ahora sí que eran buenos, sinceros, libres, entregados a la causa de los pobres... Ya no se sostiene. Esto se derrumba. Ya lo ve todo el mundo.
No sé cual será el mañana. Dios lo puede todo. Y la entrega a Él seguro que continuará existiendo. ¿Aparecerán santos reformadores? ¿Desaparecerán unos institutos para dar paso a otros? ¿La enseñanza va a ser en adelante cuestión de laicos y la atención a las almas obra del clero secular? Repito que no lo sé. Lo que sí parece seguro es que, de continuar así, esto desaparece. Y en muy breve plazo.