A mi vecino de Blog Juan Rubio. Por alusiones.

Pero aprovecho su alusión para subrayar algo que él insinúa con todo acierto. A Don Javier Martínez le han perdido sus prontos. Pero, detras de sus prontos, siempre estuvo, no al acecho sino beligerante en contra del obispo de Córdoba, el cardenal sevillano. Yo creo que en el enfrentamiento del cordobés con Castillejo se equivocó totalmente Martínez. Castillejo era mucho Castillejo y el obispo creyó suya la que no lo era.
El cardenal se lo hizo saber, con luz y taquígrafos, al acoger en su catedral, casi bajo palio, al canónigo cordobés en sus bodas de oro sacerdotales. Seguro que agradecía muchos servicios prestados a la archidiócesis hispalense por CajaSur. Y de bien nacidos es ser agradecido.
Ya me gustó menos el respaldo del cardenal a la Facultad jesuitica de Granada. Yo creo que en eso estuvo acertado el granatense y el sevillano metió la hoz en mies ajena. Mal metida. Eso ya no era meter el dedo en el ojo. Además, retorciéndolo.
Pues claro lo tiene el arzobispo de Granada. Su colega, el cardenal de Sevilla, ambos los dos metropolitanos de Andalucía, va a por él. El nuncio, al recibir a su clero contestatario, tampoco le hace favor. Pues, o se suicida o muy negro lo tiene.
Los obispos andaluces, tan calladitos siempre, me parece que van a estar mucho más con el cardenal que con el arzobispo. No ya los sufráneos de Don Carlos pero es que me temo también que los de Don Javier.
Pues a ver como se arregla este desaguisado. Que me parece muy grave. Creo que todos han metido la pata. Don Javier, Don Carlos, el Nuncio... Lo difícil va a ser sacarla.