Difuntos: HOY, -no mañana-, HOY estarás conmigo en el paraíso

HOY

  1. Día de difuntos: día de la misericordia de Dios.

        Celebramos hoy el día de difuntos en el que recordamos a nuestros mayores y evocamos nuestra condición de seres mortales.

Desde JesuCristo también la muerte está impregnada de la misericordia de Dios.

  1. Zaqueo.

        Hemos escuchado este hermoso relato de San Lucas sobre el publicano Zaqueo.

Zaqueo es una contracción, un “diminutivo” de Zacarías, que significa: Dios salva. Exactamente lo mismo que significa Jesús: Dios salva.

        Estamos, pues, en un ámbito, en una historia de salvación.

        Este Zaqueo era archi (jefe) de publicanos: cobrador y ladrón de impuestos para el Imperio romano, que en aquel momento era el poder opresor de Israel.

  1. Zaqueo no da la talla (ni nosotros)

Zaqueo era “corto de estatura”: “no daba la talla”, diríamos nosotros. Pero la cortedad no se refiere solamente a la estatura física.

Todo ser humano es -somos- pequeños. Somos poca cosa, aunque nos creamos mucho.

Sin embargo Zaqueo era un hombre abierto y andaba corriendo de aquí para allá queriendo ver y saber quién era Jesús, quería ver a Jesús (v 3). Trataba de distinguir quién era Jesús.  Zaqueo buscaba la verdad, la vida. Zaqueo era un hombre que buscaba, evolucionó en la vida

En la vida hay que buscar siempre. Por eso vivimos evoluciones, involuciones, revoluciones, devoluciones...

  1. Zaqueo se sube a un árbol, a una higuera.

Zaqueo, el pobre hombre no podía entrar en ninguna casa, porque, como publicano, era “persona non grata”, tampoco podía entrar en institución alguna (excepto en la institución romana opresora), ni en el Templo.

Se sube a un árbol, lo cual en San Lucas tiene también su retranca. Zaqueo se sube a una higuera (sicómoro). (Lc 19,4), para ver quién era Jesús.

La higuera representa Israel, algo así como el pozo de Jacob en Juan 4. Nosotros diríamos: la higuera representa la Complutense, la UPV, el centro de la sabiduría, el parlamento, el Obispado, la cátedra. Pero desde esas instancias se ve poco, más bien nada, al menos nada decisivo.

La higuera hace alusión a otro árbol es también evidente: donde se ve a JesuCristo es en el árbol de la cruz, el árbol de la vida.

  1. Jesús le mira de abajo arriba (y no al revés).

Es Jesús quien se acerca y le mira a Zaqueo de abajo arriba: levantó los ojos (Lc 19,5)[1]. No es lo mismo mirar de abajo arriba, que mirar de arriba abajo, por encima del hombro. El publicano que leíamos hace unos días se queda atrás en la iglesia sin atreverse a levantar la mirada.

  1. ¡anda, baja rápido: hoy tengo que alojarme en tu casa.

        Lo de “estar en la higuera” tiene para nosotros un sentido de despiste e ingenuidad: “estás en la inopia, “a ver si te enteras”, “baja del guindo”...

Jesús le dice a Zaqueo: baja de la higuera: de Israel, del poder, del escaño parlamentario, de la sede, deja ya de medrar y ponte “a pueblo llano”.[2]

El “hoy” del evangelio de Lucas tiene gran significado. La salvación ya está entre nosotros, está presente en nuestra historia: estamos salvados hoy, no mañana, hoy. Este hoy lo repite San Lucas de comienzo a fin de su evangelio:

  • o Cuando Jesús nace en Belén la noticia se difunde a los pastores (marginados): Os ha nacido hoy, un Salvador, (Lc 2, 11).
  • o En su “discurso programático, al comienzo de su ministerio, tras leer la Escritura Jesús dice: la sinagoga: hoy se cumple ante vosotros esta Palabra, (Lc 4, 21).
  • o Ahora con Zaqueo ocurre lo mismo: hoy ha llegado la salvación a esta casa.
  • o Y fue lo último que Jesús hizo en este mundo: le dijo (al buen ladrón): "hoy" estarás conmigo en el Paraíso. (Lc 22, 61)

No estaría de más una revisión de la asignatura pendiente de las indulgencias, del “perdón a plazos” del purgatorio, etc.

La salvación está ya, hoy, en nuestra historia.

Dios disfruta salvándonos y nos llama a vivir en paz, porque hoy estamos ya salvados. Descansemos en la salvación del Señor.

  1. Zaqueo bajó a toda prisa y lo recibió muy contento en su casa.

        Algunas actitudes de Zaqueo cambian tras su encuentro con Jesús:

  1. Deja corriendo los tinglados del poder (la higuera).

Lo del poder es que no tiene remedio: no nos gusta bajar ni dejar un milímetro de nuestra cota de poder.

  1. Alegría. Zaqueo baja encantado: dos veces hace alusión el evangelio de hoy a estar contento: Zaqueo termina contento conociendo y comiendo con Jesús.

¿Estoy contento en el la vida, en que el Señor esté en mi casa? (absténganse eclesiásticos).

  1. La salvación cristiana implica unas consecuencias sociales y económicas. Quizá Zaqueo ha tenido que dejar su viejo oficio; he devuelto cantidad de dinero, pero ha encontrado la justicia (restitución) y el amor (reparte sus bienes). Bien merece la pena lo que pierde por aquello que ha ganado.

  1. recibe a Jesús en su casa. Nuestra casa es el cielo.

San Lucas emplea infinidad de veces esta realidad de protección” y confianza que es la casa.

  • o María entró en casa de Zacarías y fue acogida por Isabel en su casa (Lc 1,40.57).
    • o A pesar de ser de la casa y estirpe de David, Jesús no tuvo una casa en Belén para nacer con toda la tradición de David, del pueblo, la etnia etc. (Lc 2,7),
    • o Jesús entra en casa de la familia de Pedro y cura a su suegra de la fiebre de poder (Lc 4,38).
    • o El publicano, Leví, le ofreció a Jesús un gran banquete en su casa con un grupo grande de recaudadores de impuestos, (Lc 5,29)
    • o El pobre-rico centurión romano no se consideró digno de que Jesús entrara en su casa, (Lc 7,6).
    • o Jairo, oficial de la sinagoga le rogaba a Jesús que entrara a su casa, (Lc 8,41).
    • o Marta le recibió en su casa. Lc 10,38
    • o Los hijos de Israel se excusan ante el banquete y Jesús dice: Salid a los caminos y por los cercados, e invitad a todos para que se llene mi casa. (Lc 14,23).
    • o El hijo perdido vuelve a casa, (Lc 15)

San Pablo nos recordaba en la segunda lectura de hoy que somos ciudadanos del cielo. Nuestra casa definitiva es el cielo:

  1. El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

Termina así el evangelio de hoy y termina así la misión del Señor. A estas alturas del año litúrgico y de nuestra vida, nos damos cuenta agradecidamente de qué significan estas cosas. Buscar y salvar lo que estaba perdido. Por ahí andamos muchos “hijos perdidos, ovejas perdidas” en la vida, “Zaqueos”.

Hoy ha llegado la salvación a nuestra casa.

y en el cielo están todos nuestros difuntos.

Descansen en paz. Amén.

[1] Recuerda un poco otros momentos del Evangelio: la oración, la Eucaristía, Lázaro: Jesús “eleva los ojos al cielo”.

[2] Esto es como lo de san Pablo, que más que caer del caballo, cayó del burro...

Volver arriba