"Como Dios ha tenido compasión de nosotros así también nosotros tengamos compasión de nuestros hermanos" Ahora sé que no hay más Dios que el de Israel

"La vida cambia totalmente y hace dirigir la mirada de fe hacia Aquel que se ha compadecido de nosotros y nos ha amado"
"Un samaritano regresa ante Jesús porque reconoce la compasión que Jesús ha sentido hacia ellos y manifiesta su adoración"
"No enturbiemos la gracia que Dios nos comunica de forma compasiva, como un regalo verdadero de amor y de vida"
"Dios es un regalo de amor que nos invita a ser regalos de amor"
"No enturbiemos la gracia que Dios nos comunica de forma compasiva, como un regalo verdadero de amor y de vida"
"Dios es un regalo de amor que nos invita a ser regalos de amor"
| Fray Alfredo Quintero Campoy OdeM
En este domingo 28 del tiempo ordinario vemos cómo Dios ha obrado en Naamán, en los diez leprosos y en san Pablo.
La vida cambia totalmente y hace dirigir la mirada de fe hacia Aquel que se ha compadecido de nosotros y nos ha amado.
La experiencia de la compasión de Dios a través del profeta Eliseo, que experimenta Naamán es la fuerza de la predicación y de la evangelización.
Así lo expresa el leproso samaritano, que iba en el grupo de los diez leprosos, y es quien regresa a postrarse ante Jesús para darle las gracias.
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
La Compasión de Dios
Un extranjero se atreve a ir al territorio donde Dios se manifiesta, porque su necesidad lo hace cruzar fronteras, con humildad y docilidad, dejando toda arrogancia, porque le costó mucho ir al río Jordán, y experimentar la acción de Dios y quedar curado.
Así también de los diez leprosos, un samaritano regresa ante Jesús porque reconoce la compasión que Jesús ha sentido hacia ellos y manifiesta su adoración, postrándose agradecido por lo que ha recibido y lo ha sanado totalmente de la lepra.
San Pablo expresa a Timoteo: lo sobrellevo todo por los elegidos para que también ellos alcancen en Cristo Jesús la salvación.
San Pablo ha experimentado en primera persona la Compasión de Jesús que se le aparece en el camino de Damasco y cambia toda su vida para que su fe se purifique, se corrija y camine en el Dios verdadero que es Jesús.
Juro por el Señor, en cuya presencia estoy, que no aceptaré nada.
Conservar la pureza del don recibido con la actitud de reconocer a Dios como lo hace Naamán y el Samaritano.
El Profeta Eliseo no acepta los regalos que Naamán le ofrece y esto hace que la gracia siga haciendo su trabajo y no se enturbie el agua limpia que Naamán ha recibido en el Jordán y que es una agua llena de vida porque ahí está Dios.
No enturbiemos la gracia que Dios nos comunica de forma compasiva, como un regalo verdadero de amor y de vida y, nuestra mejor manifestación sea la adoración del Dios verdadero, haciendo el bien como Dios lo ha hecho con nosotros al tenernos compasión.
Nuestra vida tiene que hacer un cambio de vida verdadero, haciéndonos portadores de Dios con la compasión que tenemos que vivir hacia nuestros hermanos.
Como Dios ha tenido compasión de nosotros así también nosotros tengamos compasión de nuestros hermanos.
Así lo vive san Pablo en su vida, Él que perseguía a los cristianos y no tenía compasión de ellos, cuando experimenta a Jesús, sintiendo la verdadera compasión de Jesús, entonces Él se hace un Apóstol fiel que predica el amor de Jesucristo, teniendo compasión hasta de los gentiles y alejados de Dios para que estos conozcan y se conviertan al Dios verdadero. Ese es el evangelio que predica san Pablo y que nosotros estamos llamados a predicar.

Caminar en Dios
Lo más importante para Naamán, para el Samaritano sanado de su lepra y para san Pablo, será caminar en Dios.
Dios es un regalo de amor que nos invita a ser regalos de amor.
El amor, la compasión nos permiten compartir e intercambiar la vida verdadera en la riqueza de las formas que el amor nos hace descubrir para tener gestos de comunión al compartir.
Se comparte en el amor de muchas formas: estar con el enfermo, compartiendo tiempo con quien te espera en la familia, con aquella persona que está en la soledad y el abandono, con aquella persona que se siente rechazada por sus límites y errores…
Caminar con Dios es adorarlo sólo a él y compartirlo en la riqueza del amor compasivo con nuestro prójimo.
Etiquetas