(José Serafín Béjar, en Khaf).- El Resucitado es aquel que acontece más allá de nuestro deseo por contenerlo o abarcarlo. Las aparaciones son revelaciones del propio Jesús inserto ya en el ser mismo de Dios. Acontece, sucede, pasa... más allá de nuestros esfuerzos por merecerlo. No es nuestra bondad, ni los méritos de nuestras manos, la condición de posibilidad de su real acontecer. Él se da porque sí, de modo gratuito, sin determinadas condiciones de contrato, más allá de proyectos y previsiones humanas: "Sin esperar a más, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos. Estos les dijeron: ´Verdaderamente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón´" (Lc 24,33-34).
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