Firmado por varios autores, el título es una "invitación a su lectura" "Un pueblo que camina junto", nuevo libro editado por Ciudad Nueva

"Un pueblo que camina junto"
"Un pueblo que camina junto"

Se trata del nuevo libro editado por "Ciudad Nueva"con el título de “Un pueblo que camina junto”. 130 páginas de ágil y asequible lectura firmado por varios autores de cuyos méritos se hace cumplida referencia

Los firmantes presentan de varias maneras el valor y las implicaciones de esta visión de 'caminar juntos', reconociendo en la sinodalidad de la Iglesia, auspiciando un estilo de Iglesia que dialoga con todos

El capitulo dedicado a la mujer, con el orientador y estimulante atractivo de “Mujeres pioneras”, (pp. 132 y ss.) es de obligado repaso para los laicos, laicas y, por demás, para los miembros de la jerarquía eclesiástica

Sí, hay que caminar. Y, y mejor, y por definición, en compañía. Así se es más pueblo

Aun cuando no se trate ya de una realidad activa y operante, sino de un deseo, pero en condiciones óptimas de convertirse en programa e ideario de vida y de comportamiento religioso, la sola indicación y el subrayado de cada una de las palabras que configuran el título de este libro, es clara y convincente invitación a su lectura.

Se trata del nuevo libro editado por “Ciudad Nueva” –CN- con el título de “Un pueblo que camina junto”, con sus 130 páginas de ágil y asequible lectura, firmado por Paolo Siniscalco, Marina Morta, Mons. Brendan Leahy y otros, de cuyos méritos y conocimientos científicos se hace cumplida referencia.

“Un” “pueblo”. Es decir, uno más entre otros. No él solo por excelencia o por merecimientos de quienes lo componen ya, o puedan componerlo. Uno más. Ideada y expresada su idea e identidad, con humildad y con respeto a otros pueblos posibles. “Pueblo-pueblo” en sus acepciones de “villa de menor categoría, y de clase humilde “, además de “país con gobierno independiente”. La igualad, la sencillez, la cercanía, la interdependencia y la disponibilidad sellan, definen, santifican y acorazan el sentido del “pueblo”, con sacramentalidad y eficiencia. “Que camina”. Sí, hay que caminar. Y, y mejor, y por definición, en compañía. Así se es más pueblo. Sin caminar, los pueblos y quienes los configuran y le confieren nombres y apellidos y sus correspondientes localizaciones en la geografía, se petrifican, anquilosan y desaparecen de los mapas. “Junto” tanto en singular como en plural, siempre es palabra salvadora…

Un título que cobije, ampare y defina el texto y el contenido de un libro que se presente en el mercado de la bibliografía en la actualidad, tiene de por sí méritos sobrados como para instar a muchos a su acogedora lectura. Lo tiene aún más, si al título lo alberga la colección de CN, denominada “Ekklesía” –senderos de comunión”- “que expresa el carácter experimental y de “taller” del proyecto de “comunión” en el que se mueve, con ánimo e intención de servir a la comunidad. El término sacrosanto de “Ekklesía” lleva en su propia etimología la intención y la fuerza de “asamblea, o personas que se saben llamadas a ser protagonistas juntas del camino de un pueblo”.

“Una Iglesia inmersa en la historia, “en salida”, que favorece a los pobres y a los rechazados, que se abre para acoger y amar a todos, sin exclusiones, que tiene una visión de la humanidad según el abrazo universal de Cristo en la cruz y reconoce que Dios está trabajando en todas partes. Una Iglesia que se esfuerza en que discernamos juntos las prioridades del viaje y en promover un estilo sinodal”.(¡Palabra de Francisco, esto es: palabra de Dios!)

Los autores del libro presentan de varias maneras el valor y las implicaciones de esta visión, reconociendo en la sinodalidad de la Iglesia, una indispensable concreción de la “comunión”, auspiciando un estilo de Iglesia que dialoga con todos. “Así como el Espíritu Santo fluye de la reciprocidad entre Padre e Hijo, así los cristianos deben experimentar que el amor es darse, acoger y devolver”.

El capitulo dedicado a la mujer, con el orientador y estimulante atractivo de “Mujeres pioneras”, (pp. 132 y ss.) es de obligado repaso para los laicos, laicas y, por demás, para los miembros de la jerarquía eclesiástica.

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