Liturgia del 17º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

17º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)
Reflexión inicial:
Como he repetido tantas veces, el Evangelio NO se puede entender leyendo la LITERALIDAD, sino buscando el MENSAJE coherente del conjunto. No es fácil desprenderse del MARCO cultural y religioso judío, en el que nadaban los escritores sagrados y las comunidades de los 4 Evangelistas que compusieron los relatos.
Muchos piensan (así les formaron) que el Evangelio es una "foto finis" de la vida y mensaje de Jesús, canonizada además como "palabra de dios".
Pero el Evangelio es más bien un "collage" de palabras, escenas, recuerdos y cuentos que hay que interpretar para captar en MENSAJE real. Muchas de las palabras atribuidas a Jesús, NO son de Jesús. Pueden ser, incluso, contradictorias o adaptadas por los escritores o sus comunidades a su mentalidad judía.
Eso ocurre también con el Padrenuestro, donde la palabra más auténtica es PADRE. Pero lo del "perdón", por ejemplo, es contradictorio. Os ruego que leáis y meditéis el Padrenuestro, que se reza en esta Liturgia de la Misa, redactado por nuestro eximio teólogo Torres Queiruga. Este Padrenuestro actualizado es mucho más coherente con el auténtico MENSAJE de Jesús.
Muchos identifican el Padrenuestro como ejemplo de "oración de petición". Y se equivocan, porque la "coherencia del collage evangélico" es imprescindible en el MENSAJE real de Jesús. El literal puede parecer una fórmula de petición, generalizada en la época, pero es en realidad una "aspiración profunda" del corazón ("venga a nosotros tu reino", por ejemplo).
Si, después del Padrenuestro, leemos el mito bíblico de Sodoma y Gomorra, pues ya tenemos "un pan como unas tortas" que desorienta a los creyentes y les hunde en la manipulación de un supuesto "dios marioneta", movido por los tirones de nuestras peticiones.
Por desgracia, ese es el ÍDOLO en que creen una inmensa mayoría, incluso la Jerarquía, y que se ha introducido en nuestra Iglesia por el INMOVILISMO bíblico, la interpretación LITERAL y la MITOLOGÍA introducida en nuestra fe cristiana, errores de los que no parece quieran sacarnos.
Un ejemplo: He leído la noticia de que un Cardenal (no citaré el nombre) recordaba sus sensaciones tras la primera noche del cónclave: "¡Es Francisco, que está diciéndole al Espíritu Santo que sople, que sople!"...
Con esos mimbres podéis comprender que nuestra Iglesia ha salido del "politeísmo" con Abraham, pero se ha hundido con el tiempo en una "polícroma mitología idolátrica" sin visos de conversión.
Ya no se condena por afirmar que la tierra es redonda, ni se quema a las supuestas brujas o herejes, pero se nos mantiene en ignorancia infantil y erráticas incoherencias, por imposición de prepotentes líderes que se han apropiado de la luz y el poder de Dios.
Por eso es más necesaria que nunca la resurrección de los fieles, desde abajo, con una auténtica y profunda espiritualidad, enraizada en la "oración de impregnación", que no es otra cosa que sumergirse en el "Dios Torrente" que te habita y se derrama todo sobre todos y siempre.
Desde ahí se llega a la certeza de que "Dios lo tiene TODO perdonado y concedido desde la eternidad" (el no vive en el tiempo) y que lo que falta es nuestra "libre determinación de actuar y progresar" en el TIEMPO, tras el Jesús real y coherente del Evangelio, bien entendido e interpretado, a la luz de los muchos "signos de los tiempos" que se nos han dado desde el "illo témpore".
Nuestra adherencia a las teorías del PERDÓN, EXPIACIÓN y JUSTIFICACIÓN judaicas, a las que no hemos renunciado, son nuestras "ruedas de molino" que nos mantienen hundidos en la prehistoria religiosa.
"Habéis oído que antes se dijo..., pero yo os digo"... (Mt 5, 38)
"Porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: <<Oiréis y no entenderéis. Mirareis pero no veréis. Porque la mente de este pueblo está embotada, tienen tapados los oídos y los ojos cerrados. Para no ver nada con sus ojos, ni oír con sus oídos. Ni entender con la mente. Ni convertirse a mí>>" (Mt 13,13).
No basta, hermanos míos queridos, creer en un Dios Único. No basta leer la Biblia literalmente sin seleccionar los textos (como se hace en nuestras iglesias). No basta seguir sin rechistar a guías ciegos, porque ellos ni tienen ni dan la salvación. No basta tener buena voluntad y practicar ritos.
Hay que descubrir al Dios verdadero dentro de tu corazón y relacionarse con Él en coherencia, en espíritu y verdad. Hay que rechazar los "multicolores ídolos" que se han ido metiendo en nuestra religión, falseándola y destrozándola.
Con todo cariño, por si ayuda a alguien.
Y empezamos:
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
Y con tu Espíritu
MONICIÓN DE ENTRADA
La primera oración larga que aprendimos de niños, y que todavía rezamos con más frecuencia, es sin duda el “Padre Nuestro”. ¿Es esa oración para nosotros más que una simple fórmula? ¿Es para nosotros, como lo fue para Jesús, una palabra de afecto y de ternura, y un grito de confianza y de relación íntima con Dios Padre?
Estamos aquí ahora con Jesús ante nuestro Padre del cielo, y, sintiendo al Espíritu en nuestros corazones, clamamos gozosos y confiados: “¡Padre, Padre nuestro!”.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Orar el Padrenuestro supone reconocer y dar gracias por todo lo que nos da, sobre todo los dones y cualidades que nos ha dado para que a través de ellos mostremos su presencia a los demás.
Le damos gracias por ellos y nos comprometemos a dejarlos fructificar para nuestro bien y el bien de la humanidad.
Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo….
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ atiendes nuestras súplicas
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ tienes piedad de nosotros
ORACIÓN COLECTA
Nos hablas Jesús de tu amor, nos hablas del amor del Padre, nos hablas Jesús de la luz, la fortaleza y la templanza del Espíritu Santo. Nos hablas como a un niño, nos enseñas a andar por el camino estrecho. Nos muestras cómo amar a los que nadie quiere. Haznos un instrumento de tu amor y de tu paz. Amén
Lectura del libro del Génesis (18,20-32):
EN aquellos días, el Señor dijo:
«El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré».
Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor.
Abrahán se acercó y le dijo:
«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?».
El Señor contestó:
«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos».
Abrahán respondió:
«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?».
Respondió el Señor:
«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco».
Abrahán insistió:
«Quizá no se encuentren más que cuarenta».
Él dijo:
«En atención a los cuarenta, no lo haré».
Abrahán siguió hablando:
«Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?».
Él contestó:
«No lo haré, si encuentro allí treinta».
Insistió Abrahán:
«Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?».
Respondió el Señor:
«En atención a los veinte, no la destruiré».
Abrahán continuó:
«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?».
Contestó el Señor:
«En atención a los diez, no la destruiré».
Palabra de Dios
Salmo 137
R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
V/. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.
V/. Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
V/. El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros, me conservas la vida;
extiendes tu mano contra la ira de mi enemigo. R/.
V/. Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (2,12-14):
Hermanos:
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo y habéis resucitado con él, por la fe en la fuerza de Dios que lo resucitó de los muertos.
Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él.
Canceló la nota de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándola en la cruz.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,1-13):
R/Gloria a ti, Señor.
UNA vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».
Y les dijo:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde:
“No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?»
Palabra del Señor
R/Gloria a tí Señor Jesús
HOMILÍA
Un músico soñó que era llevado al cielo. Deambulaba por el cielo cuando se encontró con Jesús, que le invitó a asomarse y contemplar lo que pasaba en la tierra.
Y vio una iglesia donde se celebraba la misa del domingo. El organista tocaba entusiasmado y sus dedos se movían con gran agilidad y las teclas subían y bajaban, pero en el cielo, no se oía ningún sonido. Veía el grupo de cantores, bocas abiertas, pronunciando todas las palabras, pero no podía oír ningún sonido. Veía al sacerdote y a los fieles que se levantaban y se sentaban y abrían sus bocas para recitar las oraciones, pero no oía ningún sonido. Asombrado, le preguntó a Jesús por qué no se oía nada. Jesús le contestó:
- "Si no oran y cantan con sus corazones, aquí ni nos enteramos".
Es imposible abarcar todo el padrenuestro en una homilía. Cuentan de Sta. Teresa, que al ponerse a rezar el padrenuestro, era incapaz de pasar de la primera palabra. En cuanto decía “Padre” caía en éxtasis... ¡Qué maravilla! Efectivamente, esa palabra es la clave para adentrarnos en lo que Jesús vivió de Dios.
Jesús nos hace entrega de su Dios, de su propia relación con Abbá.
Nos dice que llamemos a Dios como le llama él, Abbá (papaíto). La palabra aramea con la que los niños llaman familiarmente a su padre. Palabra confidencial, cariñosa, familiar, que no tiene la solemnidad de la lengua litúrgica.
Para hablar con Dios, Jesús utiliza el lenguaje de los niños y no el de los rabinos. Utiliza la lengua de casa y no la de los documentos. Utiliza el dialecto del corazón. Y nos dice que hagamos lo mismo.
Se nos ha enseñado a tratar a Dios como Padre, pero aplicándole la imagen paternalista de siempre, del padre dominador y opresor, al que hay que calmar con sacrificios, al que hay que rogar con insistencia. Por ello es liberador atrevernos a llamarle Madre.
No se trata de un superficial progresismo. Se trata de tomar conciencia de que Dios es más de lo que podemos decir de Él. Uniendo el concepto de padre y el de madre, superamos la trampa del paternalismo y nos obligamos a ampliar el abanico de atributos que le podemos aplicar.
Recuperemos pues el lenguaje y los sentimientos de Jesús en nuestra relación con Dios Padre. Sintámoslo como ABBA, disfrutemos cada día del amor que nos da en nuestro propio corazón.
Y si Dios es Padre la consecuencia lógica es que todos somos hijos, todos somos hermanos y debemos comportarnos como tales. Ser hermano supone el sentimiento de pertenencia a una familia y de compartir todo lo que se tiene y lo que se es. Eso es lo que significa: Santificado sea tu nombre: “La santidad es el aroma de la cercanía de Dios” (Guardini).
Decir “santificado sea tu nombre” es prestar nuestra voz para que resuene en el mundo la gloria de Dios, prestar nuestra vida para que en ella se transparente el brillo de su presencia.
Mirando a Jesús aprenderemos a santificar el nombre del Padre, porque nadie sabe hacerlo como lo hace Él.
Y terminamos escuchando cómo sería el Padrenuestro al revés, es decir rezado por Dios Padre:
"Hijo mío, hija mía que estás
en el mundo.
Eres mi gloria y en ti está mi Reino.
Eres mi voluntad y mi querer.
Tu nombre es mi gozo cada día.
Te amo.
Te alzo y sostengo.
Te doy todo lo que es mío
-el pan, los hermanos,
el Espíritu-
Quiero que vivas feliz
y que ayudes a vivir.
Te perdono siempre
y te pido que perdones.
No temas.
Yo te libraré del mal
y de todas sus redes.
Día y noche pienso en ti,
hijo mío, hija mía.
Amén
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?.
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
La oración que nos enseña Jesús ha de brotar desde nuestras entrañas, no de manera repetitiva, sabida, sino despertando, alimentando nuestra confianza y compromiso personal. Oremos.
Queremos vivir el Padrenuestro
• Señor nos comprometemos a que la oración de la Iglesia sea compromiso, opción por el Reino, alimento para tantos, perdón incondicional, trabajo por la justicia y la paz.
Queremos vivir el Padrenuestro
• Señor nos comprometemos a ser personas orantes, bien ancladas en el Dios que nos habita y que nos lanza a nuestros hermanos más necesitados.
Queremos vivir el Padrenuestro
• Señor nos comprometemos a que las comunidades parroquiales y religiosas sean escuelas de oración: ofrezcan espacios y tiempos para el silenciamiento interior y el encuentro personal, comunitario, con el Dios que nos convoca.
Queremos vivir el Padrenuestro
• Señor deseamos que las comunidades religiosas de vida contemplativa sean referentes, recuerdo, llamada al adentro, a vivir con pausa, siendo conscientes del Padre Nuestro de cada día.
Queremos vivir el Padrenuestro
• Señor nos comprometemos a que nuestra oración sea expresión de una actitud vital, de un estilo de vida identificada con el proyecto de Jesús de Nazaret y el compromiso en favor de un mundo diferente.
Queremos vivir el Padrenuestro
Padre/Madre nuestra, queremos que nuestra oración, en silencio interior, sea el vínculo que nos haga conscientes de la llamada a ser Uno en la diversidad, de nuestra corresponsabilidad en el devenir de toda la humanidad. Te damos las gracias por Jesús nuestro Hermano y Maestro, que vive por los siglos de los siglos. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Nuestra oración se eleva ante Ti, Señor, como el incienso que aroma y perfuma los dones que hemos puesto sobre el altar, y que son el fruto de nuestro trabajo. Tu gracia desciende abundante sobre ellos, como la lluvia que empapa la tierra, para que brote la fuente del amor. A m é n.
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Nos atrevemos, Señor, a dirigirte esta oración
con humildad, reconociendo quiénes somos,
pero con la confianza de saber
que eres nuestro Padre.
Un día más, también hoy,
queremos bendecir tu nombre.
Gracias, Padre Dios, por la vida,
la nuestra y la de todos.
Nos duele el poco caso
que habitualmente te hacemos.
Deberías ser centro constante de nuestra atención,
y responder con nuestro frágil cariño a tu infinito amor.
Nuestra oración no puede consistir
en seguir pidiéndote gracias y dádivas,
porque sabemos que nos tienes
TODO concedido desde la creación.
También sabemos que somos nosotros los que tenemos que usar nuestra libertad para adherirnos a Ti con toda confianza.
Nuestra plegaria ha de ser
pura admiración y abrazo
a un DIOS, PADRE BUENO,
que nos lo ha dado TODO
para que maduremos a lo largo de la vida.
Que jamás nos abandona
porque nos ilumina y sostiene
desde nuestra más “íntima intimidad”
en nuestro caminar por la vida
para llegar sanos y salvos a tu eterna Heredad.
Queremos proclamar ahora
ante el mundo que eres bueno,
que eres santo y nuestro Dios,
Señor de Cielo y Tierra,
que nos acompañas siempre
y estás presente, Padre,
en nuestras luchas y afanes
de este temporal recorrido terrenal.
Por eso cantamos a voz en cuello
SANTO, SANTO, SANTO
CONSAGRACIÓN y PLEGARIA
Te alabamos Padre Santo porque estás siempre con nosotros en el camino de la vida, sobre todo cuando tu Hijo Jesús nos congrega para el banquete pascual de su amor y comparte con nosotros el vino y el pan.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
En su cena de despedida,
tomando un pan y mientras
lo partía y repartía, les fue diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros
Luego tomó una copa de vino
y mientras se la pasaba les decía:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos y proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús.
Queremos, Padre santo, proclamar ante el mundo
la maravillosa y humanizadora LUZ de Jesús,
su vida y muerte terrenal, su vida eterna en Ti,
a la que TODOS estamos llamados.
Deseamos, impulsados por tu Espíritu,
que nuestra Iglesia se renueve constantemente a la luz del Evangelio y encuentre siempre nuevos impulsos de vida; consolidando los vínculos de unidad entre los laicos y los pastores de tu Iglesia, entre nuestro Obispo N..., y sus presbíteros y diáconos, entre todos los Obispos y el Papa León.
Queremos que la Iglesia sea, en medio de nuestro mundo,
dividido por guerras y discordias,
instrumento de PAZ, AMOR y BONDAD,
en la que TODOS encontremos LUZ y FUERZA
para seguir a Jesús con constancia
apoyándonos unos a otros.
Gracias una vez más porque
has acogido en tu casa del Cielo
a nuestros hermanos difuntos ...
todos nuestros familiares, amigos
y fieles difuntos de esta Comunidad
Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu Creación
para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,
en la feliz compañía de tu hijo Jesús,
unidos a nuestra Madre María, a su esposo San José
a los apóstoles, a los santos y a todas las personas
de buena voluntad diciendo
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Enséñanos a orar, Señor, a orar a tu estilo y manera, que no queremos hacer el ridículo ni ser la comidilla de quienes nos miran de reojo, ni de quienes pasan de largo pero no se resisten a lanzar dardos.
Enséñanos a orar, Señor, a orar como tú lo hacías, con silencios y palabras, con sentimiento, gestos, y cantos, con la cabeza y las entrañas, con la vida cotidiana y las esperanzas.
Enséñanos a orar, Señor, a orar con emoción y serenidad, con nuestro cuerpo y espíritu, mirando el regalo de la creación, entrando en nuestro interior y saboreando lo que pones en nuestras manos.
Enséñanos a orar, Señor, a orar contigo y el Espíritu, y con los hermanos, en público y en privado, tartamudeando palabras y sentimientos, pues ya sabes cómo somos en esos momentos.
Enséñanos a orar, Señor, a nuestro Padre que está en el cielo y anda buscándonos en todos los sitios; a nuestro Padre bueno y tierno que quiere lo mejor para sus hijos aunque estemos a la contra o perdidos.
Enséñanos a orar, Señor, a tiempo y a destiempo y aún corriendo el riesgo de ser inoportunos al hacerlo; pero que nuestra oración surja del corazón y sea sincera y con amor de hijos.
Enséñanos a orar, Señor, a orar para sentirnos y sabernos de tu familia, cuadrilla y sueños.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.
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