III Encuentro Sinodal Fratelli Tutti, un diálogo socioambiental entre Norte y Sur Lizardo Estrada : "El trabajo en red transforma la pasión en acción comunitaria"

Lizardo Estrada : "El trabajo en red transforma la pasión en acción comunitaria"
Lizardo Estrada : "El trabajo en red transforma la pasión en acción comunitaria"

“Somos expresión de una Iglesia en salida, caminando juntos, como gran familia humana, para seguir construyendo puentes de integración, reconciliación y fraternidad”

"Es muy importante asumir el compromiso de diseñar estrategias integrales que nos lleven a sentirnos convocados como empresarios y trabajadores de las Américas"

"La unidad fraternal es la expresión tangible de la comunión y la solidaridad"

"Continuemos caminando juntos, es el momento de reavivar este espíritu de colaboración y unidad que nos define"; fue la invitación que hizo Monseñor Lizardo Estrada a los representantes del mundo del trabajo que se dan cita en Washington, para participar en el III Encuentro Sinodal Fratelli Tutti: diálogo socioambiental Norte-Sur.

En su intervención, el secretario general del Celam, se mostró complacido por la presencia de representantes de diferentes sectores que respaldan este esfuerzo que fortalece la experiencia del diálogo y la espiritualidad sinodal. Una iniciativa que se ajusta al llamado constante del Papa Francisco. “Somos expresión de una Iglesia en salida, caminando juntos, como gran familia humana, para seguir construyendo puentes de integración, reconciliación y fraternidad”.

Fue así como el obispo recordó que es muy importante asumir el compromiso de diseñar estrategias integrales que nos lleven a sentirnos convocados como empresarios y trabajadores de las Américas. Se trata de un gesto que permitirá dar seguimiento al diálogo que vienen realizando y que hacia el futuro debe llevarlos a "construir entre todos una verdadera agenda que nos permita enfrentar algunas situaciones que nos agobian, entristecen y fragmentan".

Encuentro Sinodal FratelliTutti

Una red de relaciones

Para el obispo auxiliar de Cusco es necesario "trabajar unidos para asegurar que los derechos lleguen a cada individuo y cada familia, pero con acciones reales que generen condiciones de dignidad y respeto para todos". Particularmente para quienes viven los efectos de la devastación del planeta y padecen la exclusión y la pobreza, sin importar su origen. Para Estrada la prioridad del III Encuentro Sinodal es "trabajar en red como una forma de comunión, colaboración y sinergia que convoque esfuerzos y voluntades para enriquecer las acciones".

La intención es manifestar al mundo que "la unidad fraternal es la expresión tangible de la comunión y la solidaridad". De acuerdo con el obispo, la historia ha demostrado el poder transformador del trabajo en red, una experiencia que se vive donde “la pasión se convierte en acción comunitaria”. Entonces es preciso saber que "la unión de fuerzas permite alcanzar metas que serían imposibles de lograr en forma individual".

En este sentido, el prelado abogó por el fortalecimiento de esta "red de relaciones a través de la cual circula y se promueven la cultura del encuentro, la justicia social, la inclusión de los grupos marginados, la fraternidad entre los pueblos, el cuidado de la casa común y las distintas expresiones de respeto por la multiplicidad de identidades, lo que incide en la promoción de una sana reciprocidad entre los pueblos”.

Reflexiones que el obispo peruano abordó citando el documento final del sínodo y algunas publicaciones del Celam entre las que figuran las tituladas: "Vivir en la esperanza que no defrauda. Los gritos socioambientales para una Iglesia jubilar”, el Mensaje de las Iglesias del sur global, por la justicia climática y las “Orientaciones pastorales de las Iglesias sobe la minería”.

Documentos que mencionan fenómenos que afectan a las comunidades y son motivo de discernimiento en el evento, como el creciente aislamiento de las personas y el individualismo cultural.  “Estamos en un exagerado comunitarismo social que asfixia a las personas y no nos permite ser sujetos de nuestro propio desarrollo. Un mundo en el que la concentración de poder aísla a los pobres, marginados, minorías y la tierra como nuestra casa común”; analizaba en su momento el Sínodo.

Lizardo Estrada

Vivir con un solo corazón

Realidades que han sido materia de reflexión para el Celam y ante las que Mons. Estrada considera en el contexto del Encuentro, “estamos invitados a universalizar el concepto de prójimo, para incluir a cualquiera que necesite ayuda, promoción y liberación”. Así, asegura el prelado es urgente “escuchar el grito acuciante de las periferias, los olvidados y los que sufren injusticias, incluyendo la madre y hermana Tierra, porque es necesario transformar la misericordia en un grito por la justicia”.

Conceptos que más allá de abordar diferentes aspectos de una crisis crisis existencial, de justicia y dignidad, se ven reflejados en temas concretos como el calentamiento global a 1.5°C y ante el cual las Iglesias del sur global rechazaron categóricamente denunciando las "falsas soluciones" como el capitalismo "verde", la tecnocracia, la mercantilización de la naturaleza y el extractivismo. Tendencias que perpetúan la explotación que muchas veces se vive en el contexto trabajadores y empresarios.

La realidad según advierte el secretario general del Celam nos “exige equidad, pidiendo a las naciones ricas pagar su deuda ecológica con financiamiento climático justo; promoviendo una postura crítica que denuncie los excesos de una minoría global y se redistribuyan los recursos, se relocalicen las economías, se repiense el sentido del cuidado y el bienestar”. En esta línea Estrada, confía en que este Encuentro sea “la expresión de una Iglesia Pueblo de Dios, del vivir juntos, con un solo corazón y una sola alma”.

Por eso cerró su intervención abogando para que “el Espíritu Santo conceda experimentar la armonía que solo Él puede originar: una armonía que es don y testimonio en un mundo herido y dividido; ante una época marcada por el aumento de las desigualdades, la creciente desilusión con los modelos tradicionales de gobierno y el desencanto por el funcionamiento de la democracia”. Realidades que piden un compromiso certero a trabajadores e industriales.

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