Caminante no hay camino

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"Caminante no hay camino": esta expresión de Antonio Machado la podríamos aplicar en lo que está sucediendo en Haití. En este país que quedó desolado después del terremoto de 2010 se tenía que empezar de cero. Con una mirada positiva es mucho lo que se ha logrado en cinco años. La capacidad de salir del atolladero de sus gentes siempre sonrientes y dispuestas a colaborar con los agentes de desarrollo y pastoral.

Nuestras hermanas Dominicas de la Presentación, presentes en Haití no dejan de tener iniciativas a favor de la población y gracias a la colaboración de particulares ya está abierto un centro de pediatría que consta de laboratorios, farmacia, salas de consulta y espacios donde los niños gozan con los distintos juegos que se han instalado. En el centro colaboran religiosas de otras congregaciones que aportan sus conocimientos y su servicio incondicional. El trabajo en equipo es muy importante en un lugar como este. Médicos especializados llegan con frecuencia para prestar sus servicios por un tiempo determinado. De este modo se solucionan muchos problemas de oftalmología y odontología. A nivel educativo se han ampliado tres extensiones con niveles diferentes y se han abierto dos aulas para niños discapacitados.

Todos estos adelantos en esta tierra tan probada son signos de esperanza. Dios ve los sufrimientos de los hombres y acude en su auxilio a través de tantas personas buenas que acuden a socorrer a los desvalidos. Son los buenos samaritanos de nuestra sociedad tan necesitada de ellos. Son los caminantes que abren camino con su andadura por tierras desoladas. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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