Con regocijo y gran inquietud leí en la prensa la liberación de 82 niñas de Chibok, Nigeria, que Boko Haram había secuestrado hace más de tres años. Me pregunto, ¿Cómo deben estar estas muchachas después de estos años de cautiverio y en las condiciones en que se encontraban entre estos hombres sin escrúpulos? Primero obligadas a convertirse al islam, luego muchas obligadas a casarse con yihadistas, algunas de ellas murieron. A otras las habrán utilizado quizás en convertirse en bombas suicidas Todo un rosario de infortunios. ¿Cuánto tiempo van a necesitar estas adolescentes para reponerse y asimilar todos los infortunios sufridos? ¿Sus padres las acogerán con emoción y ternura o van a ser causa de problemas familiares?
Todo una serie de interrogantes que se ciernen sobre ellas. Esta es también la suerte, desgraciadamente, de muchas mujeres, en Occidente que son engañadas y llevadas a la prostitución, humilladas y despreciadas por un sector de la sociedad sin reflexionar el por qué han llegado a esta situación.
En pleno siglo XXI hay muchas clases de esclavitud; la prostitución es una de ellas.Texto: Hna. María Nuria Gaza.