Dios, el constructor que vigila
“Si el Señor no construye la casa,
En vano se cansan los albañiles;
Si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas”.
Ciertamente Dios es el constructor, el que está alerta de la construcción. Los albañiles solamente cumplen sus órdenes. Dios es el constructor de la creación, lo leemos de una forma muy poética en el inicio del Génesis. Y cuando termina una parte de esta creación el narrador exclama: “Y Dios vio que era bueno”. Y así hasta la creación de los seres animados y del hombre, que quiso colaborador de su obra, su albañil.
Los hombre somos los albañiles, pero si el constructor no guarda la ciudad en vano se cansarán los que vigilan su obra porque en realidad quien construye y guarda es el Señor. El hombre es el genio de la creación porque fue hecho a imagen y semejanza del Creador, pero seremos unos inútiles albañiles si nos queremos poner en su lugar. Nos cansaremos en vano queriendo construir a sus espaldas es como querer construir una casa sobre la arena no tiene los cimientos necesarios para que se mantenga en pie. Hay que construir sobre la roca y esta roca es Él.
Al finalizar el salmo, el salmista canta:
“Dichoso el que llena con ellas su aljaba:
No quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza”.
Si estamos enraizados en Dios seremos dichosos porque nadie nos podrá derribar. Seremos más fuertes que nuestro enemigo. Texto: Hna. María Nuria Gaza.