Emigrantes

Emigrantes
Europa olvidó que en épocas anteriores sus habitantes se vieron forzados a emigrar buscando un mejor porvenir, y los países receptores los trataron bien y en ciertas ocasione muy bien. A cambio éstos pueblos recibieron como paga el espolio de su cultura y en muchas ocasiones trabajos forzados en los cuales muchos perdieron la vida.

Ahora llegan a nuestras fronteras gente que huye del hambre y de la guerra y los recibimos con alambradas y hasta con gases lacrimógenos. ¡Qué contra sentido!

Cierto que el oleaje masivo de tantas personas representa un problema para los gobiernos, pero éste no se va a solucionar con malos tratos. Será necesario que aparezca un nuevo Antón Montesinos con su grito dirigido contra los encomenderos de la isla Española por el mal trato que daban a los indígenas: “¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad, de sueño tan letárgico, dormidos?"

Es cierto que hoy se han levantado voces a favor de los emigrantes que van en busca un lugar seguro para los suyos. El Papa Francisco no deja de clamar a favor de ellos, ya en su primer año de sumo pontífice viajó a la isla de Lampedusa y ahora viajará a la isla de Lesbos. Muchos obispos claman también en su favor. ¿Serán capaces los gobiernos de escuchar su voz? Texto: Hna. Maria Nuria Gaza.
Volver arriba