Empezar el día



Cuando suena el despertador, medio en sueños, nos vemos iniciando un día nuevo, y aún sin ni acabar de despertar ofrecemos a Dios cuanto vamos a vivir en esta hoja ahora en blanco del libro de nuestra vida, de nuestro día.

Puede parecer que cada día volvemos a la rutina, lo que vivimos ayer, hoy se volverá a dar, y en algunas cosas esto es cierto. Pero ocurre que ningún un día es igual que el anterior ni que el siguiente, cada día tiene su propia personalidad, su originalidad y como nos dicen muchos salmos de laudes, cada día podemos cantar a Dios un cántico nuevo, quizás con las mismas palabras, gestos o acontecimientos de ayer, pero todo es nuevo porque la gracia de Dios que nos da la vida lo convierte todo en nuevo.

Por esto, ya al empezar la jornada es bueno dar gracias a Dios por cuanto viviremos a lo largo de día nuevo. Así por la noche, al revisar el día tenderemos de nuevo motivos de acción de gracias y de petición de perdón porque nunca acabamos de saber vivir todo aquello que Dios en su misericordia nos ofrece. Texto: Sor Carmen Solé.Foto: Hna. Conchi García.
Volver arriba