Juan Bautista, el vidente

Cuando Jesús acude a hacerse bautizar por Juan, éste exclama: “Mirad, este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. También declaró Juan, “A él me refería yo cuando dije: Después de mi viene uno que es más importante que yo, porque existía antes que yo”. He aquí que Jesús acude a orillas del Jordán, y se pone en la hilera de los que van a bautizarse. Al llegar su turno Juan no quiere bautizarle: “Yo tendría que ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?”.
Juan sin que se lo declaren sabe ver con claridad el que está ante él, el que quita el pecado del mundo. ¿Cómo puede él bautizar al que viene para salvar lo que estaba perdido? Con todo accede a petición de Jesús, tiene la certeza de que aquel que está pidiéndole el bautismo de conversión es el Hijo de Dios.
Buen ejemplo para nosotros es la figura de Juan: Amante de la verdad que le lleva a la cárcel y a la muerte. El que acepta su pequeñez obedece al querer de Dios. En este Adviento aprendamos no sólo a admirar esta gran figura, sino a practicar sus virtudes; de este modo llegaremos a celebrar Navidad presentándonos ante la cuna de Belén adornados con las mejores galas. Texto: Hna. María Nuria Gaza.