Hace poco encontré esta frase al final de visualizar un power-point
:“Sólo permanece la amistad, el cariño y el amor y las manos de aquellos que son capaces de hacernos sonreír”. Estas palabras me han llevado a
dar una vuelta por mi propia vida, a realizar una mirada en las personas que permanecen a través de la amistad, de las que brota mucho cariño y se palpa el amor.
Este paseo por mi historia desde su pasado, presente y orientada al futuro ha sido ya un regalo,
han brotado sonrisas agradecidas por lo vivido junto a tantos rostros que llevo en mí, por los que doy gracias a Dios y le presento en la oración.
A la vez, me lleva ineludiblemente a pensar en las sonrisas que no he sabido aprovechar, acoger y lo más importante, dar. Veo las manos que se me han dado, ofrecido, las que siempre están y van a estar para incluso ayudar a volver a sonreír
cuando el rostro cambia y cuesta transmitir alegría.Hoy sé que se me regala otra oportunidad de ser capaz de hacer sonreír dando mi sonrisa, ofreciendo un rostro más alegre que me acerque más a las personas que quiero con las que se va entretejiendo la vida en el día a día, a tantos rostros como el Señor pone ante mí cada día.
¡Aquí estoy Señor, ofrezco mis manos…! Sólo permanece lo que se construye con Amor.
Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.