Tender hacia...

La vida, de la cual poseemos sólo el presente, es un tender hacia un futuro que no poseemos, hacia una realidad que desconocemos pero que nos gustaría alcanzar y hacer nuestra. Y esto nos ocurre en todos los sentidos, en cada una de nuestras situaciones, en las grandes o pequeñas realidades, tanto en la vida espiritual, como en lo material, siempre nuestro día a día es tender hacia aquello que aún no poseemos, hacia aquello que no podemos hacer plenamente nuestro, porque aun si lo deseamos, nunca lo poseemos. El futuro nunca es real para los hombres.
Tendemos hacia lo que no poseemos pero anhelamos. Deseamos poseer aquello que no hemos alcanzado, pero quizás adivinamos o presentimos como un bien. También en lo material siempre deseamos algo nuevo, algo mejor y de ahí nuestro afán por “tener” y en este “tener” fundamos expectativas, idealizamos el futuro y corremos el riesgo de no gustar la riqueza del presente.
Ese presente que nos es tan frágil, que nunca poseemos, pero que en realidad es nuestra única fuerza. Vivir el presente con plenitud, sin desasosiegos nos lleva sin duda a una vida nueva, plena cada vez más consciente de que si no poseemos aquello que anhelamos es porque aún debemos tender ello con mayor esfuerzo, poniendo toda nuestra energía en alcanzar cuanto es verdaderamente importante. Texto: Hna. Carmen Solé.