¿Sobre qué te apoyas? Hay apoyos muy endebles que no pueden ofrecernos la resistencia que necesitamos. Son como una caña común que si quieres apuntalarte en ella no soporta nuestro peso, se rompe y hiere nuestra mano. Si queremos caminar seguros hay que buscar un apoyo resistente como un bastón de bambú.

Igualmente en nuestra vida hay que saber buscar apoyos resistentes, que no se quiebren, ni que los embates de la vida tumben. No podemos buscar la seguridad en aquello que no nos la puede ofrecer: riqueza, honores, prestigio, etc. Estas son seguridades que pueden desaparecer el día que menos lo esperemos.

La auténtica seguridad sólo nos las puede ofrecer aquel que dijo: “Sin mi no podéis nada”. En el Señor sí encontramos apoyo y seguridad y en los momentos en que nos podemos sentir abandonados por todos él estará a nuestro lado.

De esto tenía experiencia el autor del salmo 22 cuando dice: “El Señor es mi pastor nada me falta. Aunque pase por valles oscuros nada temo porque tu vara y tu cayado me acompañan”.

Pero tampoco podemos olvidar que estamos en este mundo para ser apoyo de aquellos que lo necesitan, Dios quiere servirse de nosotros. Saber tender una mano al que vemos hundido, angustiado, sin esperanza, hacer un pequeño gesto, un saber escuchar, pueden ser una ayuda para el que se encuentra solo y desorientado. Texto: Hna. María Nuria Gaza.