La frase “no tengáis miedo” la encontramos repetidas veces en los evangelios de la resurrección. Y es que los discípulos de Jesús tenían de que tener miedo. Habían ejecutado a su Maestro de la forma más vil y ellos también peligraban.

Difícilmente tendremos éxito cuando a alguien le digamos no tengas miedo. Mejor que decirle no tengas miedo es preferible distraerlo de sus miedos cambiando de conversación.

Pero cuando Jesús nos dice no tengas miedo, porque del mismo modo que lo dijo a sus discípulos, nos lo dice a nosotros, su terapia es cambiar el miedo por la confianza. Él sabe mejor que nosotros lo que nos conviene, nuestra vida está en sus manos. Cultivar la confianza es saludable físicamente y espiritualmente “todos los cabellos de vuestra cabeza están contados”, los pájaros del cielo no cosechan y Dios cuida de ellos. ¿No valemos nosotros más que los pajaritos?

No nos calentemos la cabeza pensando que pasará mañana porque no sabemos si llegará el mañana. Mejor vivir confiadamente el hoy en plenitud, además el miedo paraliza y no nos deja actuar con libertad. El hoy es lo importante. “Mañana Dios dirá”, decía mi abuela.Texto: Hna. María Nuria Gaza.