No pierdas la esperanza

El mundo mitológico llama la atención por su realismo y acercamiento al hombre. El mito de la “caja de Pandora” nos habla de una cosa: la esperanza. ¿Nos dice algo?
Claro, la esperanza ha de hablarnos desde lo más profundo del rincón de corazón, es más, ha de acompañarnos porque es aquella que cuando creemos haberlo perdido todo, cuando pensamos que ya no hay más salida... ¡zas! entra en acción y nos sorprende. El mito nos presenta a Pandora, que por su sed de curiosidad no puede mantener la caja cerrada y la abre. De ahí salen muchos aspectos negativos que irrumpen y corrompen el mundo, pero... ahí en la cajita, permanecerá la Esperanza.
De alguna manera nuestra vida se parece en cierto modo, ya que la esperanza es el gran puntal que anima y da coraje. Abrir nuestra “caja” es dejar al trasluz todo lo que somos, es decir, dejar ver todo lo que nos impide mostrarnos tal cual somos pero además, todo lo bueno que tenemos.
La esperanza invita de una manera delicada pero firme a no desfallecer, anima a levantar la vista para ver el oasis que, de otra forma, somos incapaces de avistar. Por ello, nos perdamos la esperanza... todo llega y todo pasa, confiemos en el Señor “nuestra esperanza”, como dice la letra de una canción.
Por cierto, cuidemos siempre que en nuestra cajita nunca falte esa Esperanza, ya que con ella somos capaces de dar vida a lo que creíamos perdido. Texto: Hna. Conchi García.