"La sensación de impunidad de los abusadores era total" Pedro Strecht: "Todos los obispos portugueses colaboraron con la comisión de investigación de abusos, incluso abriendo sus archivos históricos y secretos"

Pedro Strecht
Pedro Strecht

El médico psiquiatra portugués reconoce que los resultados de la investigación son espantosos, que las víctimas se "autoculpabilizaban" y los abusadores se sabían protegidos por la 'cultura de la ocultación" clerical y gozaban de una "sensación de impunidad total".

"La sensación de impunidad era total. siempre existía la creencia, real, de que los niños callarían o, si hablaban, serían rápidamente silenciados y se enfrentarían a represalias de diversa índole"

"Aunque hayan prescrito los abusos, es importante que la Iglesia sepa que siempre existe un alto riesgo de repetición de los mismos actos por parte de los abusadores"

"La mayoría de las víctimas espera una disculpa o perdón de la propia Iglesia, que la comisión propuso materializar en algo sencillo como un memorial, habiendo solicitado un proyecto al arquitecto Siza Vieira, que respondió positivamente y prometió hacerlo probono"

Pedro Luís de Assis Pacheco Strecht Ribeiro (Coimbra, 1966), coordinador de la comisión independiente que ha estudiado los abusos en la Iglesia en Portugal, asegura, en entrevista exclusiva con RD, que, una vez concluida la investigación sintió satisfacción "por el deber cumplido", un "enomre cansancio físico y psíquico" al tocar el sufrimiento de tantas víctimas y, sobre todo, esperanza, porque "las víctimas sienten que ya no están solas" y de que la Iglesia "aproveche este momento para regenerarse y relacionarse de una manera más segura y sana con sus fieles".

El médico psiquiatra portugués reconoce que los resultados de la investigación son espantosos, que las víctimas se "autoculpabilizaban" y los abusadores se sabían protegidos por la "cultura de la ocultación" clerical y gozaban de una "sensación de impunidad total". Además, el 95% de los abusos han prescrito, por eso la comisión pide que el plazo de prescripción pase de los 23 a los 30 años, mientras tanto algunas víctimas llevan una vida normal, pero otras "están muy mal y sus vidas han quedado totalmente destrozadas, y han seguido un camino con graves problemas de ansiedad, depresión, incapacidad de relación social, abuso de alcohol, intentos de suicidio". 

Pedro-Strecht1
Pedro-Strecht1

Por ora parte, el presidente de la comisión agradece el apoyo recibido por parte de las autoridades portuguesas, asi como por parte de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP). Aunque, de entrada, algunos prelados se mostraron reticentes, "al final todos los obispos se mostraron dispuestos a colaborar, incluyendo la apertura de los archivos históricos y secretos de cada diócesis". 

Dado que "la mayoría de las víctimas espera una disculpa o perdón de la propia Iglesia", la comisión de investigación propuso materializarlo en una escultura-memorial, encargada al famoso arquitecto Siza Vieira, "que respondió positivamente y prometió hacerlo probono".

Pedro Strecht, con un bisabuelo republicano ourensano (de Melias), que tuvo que huir a Portugal en la guerra civil, conoce, ama y admira a España y, por eso, desea vivamente que "la comisión española pueda terminar bien su trabajo", al tiempo que ofrece su ayuda, para que las Iglesias de España y Portugal puedan "caminar juntas por la verdad". También anima a los obispos españoles a no tener miedo ante las investigaciones, porque "el dolor de la verdad no mata, libera".

Iglesia de Santa María de Melias

¿Qué sintió una vez concluida la investigación sobre los abusos del clero en Portugal, además de la satisfacción por el trabajo bien hecho: dolor, vergüenza, pena, indignación?

Al final hubo un sentimiento muy fuerte de deber cumplido; poco más de un año antes la CEP (conferencia episcopal portuguesa) me invitó a formar un equipo para estudiar la cuestión de los abusos sexuales a menores (hasta 18 años) por parte de miembros de la iglesia católica portuguesa. Fue importante haber podido elegir libremente a las personas que formaron parte de la comisión, y sentir que, siendo fundamental para mí, la CEP nunca interfirió en nuestro trabajo.

Pero también una sensación final de enorme cansancio físico y psíquico; fue mucho en tan poco tiempo y, sobre todo, algo tan intenso emocionalmente que nos sacudió como personas; conocer a las víctimas, escuchar su sufrimiento oculto durante tantos años o la forma en que se autosilenciaban, pensando que eran culpables y como estaban llenas de sentimientos de miedo, vergüenza y culpa.

Por último, creo que al final surgió un sentimiento de esperanza: esperanza de que estas personas ya no se sientan solas, que se den cuenta de que no están solas. Y, sobre todo, esperanza de que la iglesia aproveche este momento para regenerarse y relacionarse de una manera mássegura y sana con sus fieles.

Pedro Strech enntrega al obispo José Ornelas el informe
Pedro Strech enntrega al obispo José Ornelas el informe CEP

Las cifras totales son espantosas, teniendo en cuenta que detrás de ellas hay personas y que, quizás, sólo sean la punta del iceberg

Sí, hemos superado lo que cualquiera de nosotros podría haber esperado; de hecho, si comparamos esto con lo que ocurrió en Francia, un país con 67 millones de habitantes y una comisión trabajando durante casi 3 años, que obtuvo un poco más de 1200 testimonios, entonces 512 en Portugal (que tiene 10 millones de personas) es un número alto; pero, para mí y para el equipo, más que los números, lo importante eran las personas, dejando claro que cada una de ellas era importante y tendría una voz.

¿Hubo obispos que le pusieron trabas o no quisieron colaborar con su investigación?

Sabíamos que la decisión inicial de la CEP fue mayoritaria, no unánime. Eso quería decir que de los 21 obispos, inicialmente no todos estarían de acuerdo con la necesidad de este estudio. Sin embargo, el mensaje que intentamos transmitir fue simple y directo: era la iglesia la que nos pedía este estudio y ello, en sí mismo, no podía ser tomado como algo en contra de la iglesia, sino a su favor, a favor de lo mejor que tenía y puede seguir teniendo en el futuro. Luego, se estableció una confianza mutua y llegamos al final con todos los obispos dispuestos a colaborar, incluyendo la apertura de los archivos históricos y secretos de cada diócesis.

¿Por qué los obispos tardaron en darle acceso a los archivos?

Había un temor natural por parte de algunos obispos y, sobre todo, de ciertos sectores de la Iglesia en general.
Así que creamos un grupo de investigación histórica, con 4 historiadores, que trazaron este proceso. La CEP lo aprobó en abril, pero después intervino el nuncio apostólico en Portugal y fue necesario apelar directamente al Vaticano, pidiendo esa autorización formal, que llegó el 9 de junio, firmada por el cardenal Pietro Parolin... De hecho, desde la aprobación vaticana, sólo nos quedaban 6 meses para realizar nuestra investigación, un trabajo gigantesco para 4 personas que lo hicieron de forma brillante y totalmente inédita en Portugal. 

José Ornelas y Pedro Strech, durante la entrega del informe
José Ornelas y Pedro Strech, durante la entrega del informe CEP

Constatada la 'cultura de la ocultación', ¿se prueba que el encubrimiento era sistémico, porque "primaba la defensa de la reputación de la institución"? 

Sí, absolutamente. lo que siempre predominó fue lo que el padre Hans Zollner, jesuita alemán en quien el Papa delegó esta tarea, llamó la "actitud clericalista": interesaba proteger a la Iglesia como institución, su buen nombre así como el de sus miembros, y no la verdadera protección y cuidado de sus fieles, especialmente de aquellos que, siendo menores de edad, estaban siendo víctimas de crímenes atroces.

Por otra parte, hasta 1974, al igual que España hasta el 75, Portugal vivió en un régimen dictatorial, en el que, a pesar de existir un concordato, la relación entre Estado e Iglesia era de protección mutua.

¿Entre los abusadores, además de ejercicio del poder, había sentimiento de impunidad? ¿Se sentían a salvo en la institución?

Sí, también. La sensación de impunidad era total. siempre existía la creencia, real, de que los niños callarían o, si hablaban, serían rápidamente silenciados y se enfrentarían a represalias de diversa índole. Hemos tenido entrevistas con personas que lo contaban de forma evidente, destacando la presencia de amenazas a ellos mismos, a sus familiares cercanos (especialmente a las madres), o el riesgo de ser expulsados de determinados lugares como los seminarios. En este último caso, siempre sería la palabra del niño contra la del abusador y éste sabía que estaría suficientemente bien protegido. Prueba de ello es que había casos que no figuraban en los expedientes, bien porque nunca se escribieron (ante una denuncia formal), bien porque se destruyeron a su debido tiempo.

Strecht y la comisión de investigación
Strecht y la comisión de investigación

¿Qué es lo que más les duele a las víctimas: el abuso sufrido, el encubrimiento, el ninguneo...?

El abuso en sí mismo, el hecho de que fueran niños y sintieran que no podían contárselo a nadie, ni siquiera a sus familiares y amigos... y si lo hacían, ¿quién les creería y cómo reaccionarían? Un dato importante de nuestro estudio fue que en el 48,2% de los casos era la primera vez en su vida que hablaban de ello, y sólo en el 58% de los casos las víctimas, al contarlo, sintieron que su palabra era creída.

Después, surgieron muchos sentimientos de rabia, ira y tristeza, sobre todo por la forma en que las personas sentían que estos crímenes afectaban a sus vidas hasta el día de hoy en diversos ámbitos: individual, relacional (incluido el sexual), profesional y también, por supuesto, a su propia relación con su fe. La mayoría de los que participaron en este estudio rompieron con la iglesia y sus rituales.

Aunque el '95% de los delitos haya prescrito', muchos abusadores siguen en activo. ¿La Iglesia lo sabe y lo permite?

La iglesia recibirá esta semana la lista completa de nombres de los "presuntos" abusadores, recogida por la comisión y también por el grupo de investigación histórica. Aunque hayan prescrito los abusos, es importante que la Iglesia sepa que siempre existe un alto riesgo de repetición de los mismos actos por parte de los abusadores. Judicialmente no se puede hacer nada, pero según el derecho canónico se pueden tomar medidas. Por otra parte, la comisión presentó en sus recomendaciones la necesidad de aumentar el plazo de prescripción de estos delitos de 23 a 30 años: este aumento ya se ha producido recientemente en España y, de nuevo, como persona y psiquiatra de niños y adolescentes, les pido: vayamos juntos por la verdad.

Los obispos de Portugal con la Comisión Independiente que realizó el estudio
Los obispos de Portugal con la Comisión Independiente que realizó el estudio CEP

¿Por qué piden una comisión que continúe la investigación? ¿Quedan casos por abordar y víctimas por tratar?

El mismo día en que presentamos públicamente nuestro informe, que estuvo a disposición de todo el mundo en línea a partir de las 14.00 horas del 13 de febrero, seguimos recibiendo testimonios... Por otro lado, hay recomendaciones que entregamos a la Iglesia y también a la sociedad civil que ha estado atenta. Fue muy importante que el Presidente de la República nos recibiera el día de la presentación en el Palacio de Belém y que el Primer Ministro haya reaccionado, aunque ya extinta como Comisión, y que los ministros de Seguridad Social y de Justicia nos hayan invitado para que el próximo viernes, día 3, podamos explicarles algunos de estos puntos muy importantes para el futuro.

¿Cómo están las víctimas? ¿Se puede curar la herida de los abusos?

Muchas víctimas, a pesar de todo el daño psicológico sufrido, han logrado salir adelante, y tienen vidas exitosas, con buenas profesiones, viven con alguien a quien aman, tienen hijos y algunos incluso mantienen su vínculo con la Iglesia, distinguiendo muy bien la "parte" (la minoría) del "todo" (la mayoría). Sólo entre el 2 y el 4% de los sacerdotes son abusadores, según varios estudios, y la mayoría de los abusos sexuales a menores son perpetrados por miembros de las propias familias u otras personas muy cercanas a ellos.

Desgraciadamente, otras víctimas están muy mal y sus vidas han quedado totalmente destrozadas, y han seguido un camino con graves problemas de ansiedad, depresión, incapacidad de relación social, abuso de alcohol, intentos de suicidio y, por tanto, siguen necesitando, aquí y ahora, un apoyo psicológico que proponemos reforzar de varias maneras.

Por eso, la mayoría de las víctimas espera una disculpa o perdón de la propia Iglesia, que la comisión propuso materializar en algo sencillo como un memorial, habiendo solicitado un proyecto al arquitecto Siza Vieira, que respondió positivamente y prometió hacerlo probono.

Comisión sobre abusos Iglesia de Portugal
Comisión sobre abusos Iglesia de Portugal

¿Qué lecciones pueden extraer las dos comisiones españolas (la del señor Cremades y la del Defensor del Pueblo) de la investigación portuguesa?

Todos los países son diferentes en sus culturas y formas de ver estos problemas. Lo mismo ocurre con cada obispo o miembro de la iglesia católica... Sin embargo, podría citar algo que sería útil para la comisión española y, en este punto, también para los obispos que se oponen a este trabajo: "No tengáis miedo", dice el Evangelio de San Juan. Y yo añado: el dolor de la verdad no mata, libera.

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