Australia instará al Vaticano a abolir el secreto de confesión en casos de pederastia ¿Puede un Estado obligar a un sacerdote a romper el secreto de confesión?

(Jesús Bastante).- ¿Puede un Estado obligar a un sacerdote a romper el secreto de confesión? ¿Debe un clérigo mantener el sigilo en casos de asesinato o pederastia? El Gobierno australiano, siguiendo el informe de la Real Comisión contra los abusos a menores en el país, instará al Vaticano a eliminar dicho secreto en estas situaciones, así como a abolir el celibato obligatorio.

Muchos recordarán la magnífica "Yo confieso" de Alfred Hitchcock, en la que Montgomery Cliff da vida a un sacerdote que se niega a confesar, ante un tribunal, el nombre del asesino, acogiéndose al secreto sacerdotal. Muchos de los casos de abusos que, lamentablemente, se han dado en la Iglesia católica, eran conocidos por clérigos que no hicieron nada al estar amparados por el secreto de confesión.

Los datos del informe de Australia son demoledores, una "tragedia nacional", tal y como la resume la comisión. "Decenas de miles de niños fueron abusados sexualmente en las instituciones australianas. Nunca sabremos la cifra, pero cualquiera que sea, supone una tragedia nacional perpetrada durante generaciones dentro de nuestras más respetadas instituciones", remarca el documento, que incluye 400 recomendaciones al Gobierno del país, que ya anunció que haría suyo el documento. El Ejecutivo, además, anunció que destinará 40 millones de dólares para pagar indemnizaciones.

Durante cinco años, la comisión investigó la respuesta de instituciones públicas y religiosas ante la pederastia, con entrevistas a más de 8.000 víctimas de abusos cometidos en más de 4.000 centros desde hace un siglo. Dos tercios de los abusados eran hombres, y más de la mitad tenían entre 10 y 14 años cuando fueron víctimas de depredadores sexuales por primera vez. Más de un tercio de ellos sufrieron abusos por parte de varios pederastas, lo que confirma la existencia de una red, y de una cadena de silencio que permitió que, como media, cada víctima sufriera abusos sexuales durante más de dos años.

En el informe, la comisión pide la Conferencia de Obispos de Australia solicite al Vaticano que se enmiende la ley canónica para que el celibato no sea obligatorio, se trate el abuso sexual a menores como un crimen, y que el secreto de confesión no se aplique a los casos de pederastia. Aunque los expertos reconocen que el celibato no es causa directa del abuso, estiman que sí puede contribuir y desencadenar distintas disfunciones.

"Para muchos miembros del clero y religiosos, el celibato es una idea inalcanzable que hace que se viva una doble vida y contribuye a una cultura del secreto y la hipocresía y esta cultura parece haber contribuido a que se soslaye la transgresión del celibato y se minimice el abuso sexual como un lapso moral perdonable", remarca el informe, que también recomienda a los ministros de otras iglesias que sean obligados a reportar toda la información sobre pederastia, aunque ésta se obtenga en confesiones o exámenes previos a los candidatos al ministerio.

La reacción de la Iglesia no se hizo esperar. Así, el arzobispo de Melbourne, Dennis Hart, anunció que llevará las propuestas de la Comisión al Vaticano, aunque defendió la vigencia del secreto de confesión, que tildó de "inviolable". "No puede ser roto y el cardenal secretario de Estado lo mencionó y notificó a los obispos, incluso tan recientemente como el mes pasado", explicó. La pena canónica por romper el sigilo es la excomunión.

Preguntado sobre qué haría llegado el caso, el prelado aseguró que respetaría el secreto aunque le supusiera "un terrible conflicto". En todo caso, precisó que él no daría la absolución al agresor si éste no se entregara a las autoridades.

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