Al menos 43 civiles han muerto. Entre las víctimas hay nueve menores de edad Masacre de las milicias ADF en una iglesia en República Democrática del Congo

Ataque a una iglesia en República Democrática del Congo
Ataque a una iglesia en República Democrática del Congo

El ejército congolés ha calificado el ataque como una "masacre de gran escala", con víctimas "asesinadas con machete" 

La representante especial adjunta del secretario general de la ONU y jefa interina de Monusco, Vivian van de Perre, ha calificado el ataque como una grave violación del derecho internacional

Según analistas, la situación exige no solo respuestas militares, sino también acuerdos políticos firmes, cooperación internacional sostenida y justicia para las víctimas

El grupo, vinculado al Estado Islámico, ha sido responsable de miles de muertes en el noreste del país

Al menos 43 civiles han muerto durante un ataque perpetrado por el grupo armado Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), afiliado al Estado Islámico, contra una iglesia católica en el noreste de la República Democrática del Congo, según ha confirmado la Misión de las Naciones Unidas en el país (Monusco) en un comunicado publicado entre la noche del domingo y la mañana del lunes.

La masacre ha tenido lugar en la parroquia Bienaventurada Anuarite, en la localidad de Komanda, provincia de Ituri, durante la noche del sábado al domingo. La ONU ha precisado que entre las víctimas se encuentran 19 mujeres, 15 hombres y nueve menores de edad.

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La representante especial adjunta del secretario general de la ONU y jefa interina de Monusco, Vivian van de Perre, ha calificado el ataque como una grave violación del derecho internacional: “Estos ataques dirigidos contra civiles indefensos, especialmente en lugares de culto, son no solo indignantes, sino contrarios a todas las normas de derechos humanos y derecho internacional humanitario", ha subrayado.

Daily Press Briefing Guest Vivian van de Perre (MONUSCO) on Democratic  Republic of the Congo | UN Audiovisual Library

El grupo ADF, originalmente formado por antiguos rebeldes ugandeses, ha sido responsable de miles de muertes en el noreste del país. Desde que juraron lealtad al Estado Islámico en 2019 —que los reconoce como su "provincia de África Central" (ISCAP)— sus ataques se han intensificado, pese a las operaciones conjuntas entre las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC) y el Ejército ugandés (UPDF).

Una "masacre de gran escala"

El ejército congolés ha descrito la ofensiva como una "masacre de gran escala", asegurando que las víctimas fueron "sorprendidas y asesinadas con machete dentro de una iglesia”. En un comunicado, ha añadido que "ante la presión constante que enfrentan, los ADF han optado por vengarse atacando a poblaciones pacíficas e indefensas para sembrar el terror".

Según testigos locales, el ataque se produjo alrededor de las 21.00 (19.00 GMT). El sacerdote local Aimé Lokana Dhego, párroco de la iglesia atacada, ha declarado a la agencia AFP que entre los fallecidos había "al menos 31 miembros del movimiento Cruzada Eucarística", y que otros seis resultaron gravemente heridos. Además, varios jóvenes fueron secuestrados durante la incursión: "No tenemos noticias de ellos", ha lamentado.

Fuerte condena del Gobierno congoleño

La ofensiva ha provocado una fuerte condena del Gobierno congoleño, cuyo portavoz, Patrick Muyaya, ha denunciado en la red X un "horroroso ataque contra poblaciones inocentes".

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, también se ha pronunciado, señalando que "los lugares de culto deben ser siempre protegidos y la libertad religiosa, garantizada".

La ONU ha instado a las autoridades congoleñas a realizar una investigación exhaustiva y a llevar a los responsables ante la justicia. También ha reiterado el llamado del Secretario General de la ONU para que todos los grupos armados extranjeros depongan las armas incondicionalmente y regresen a sus países de origen.

Gran inestabilidad por la presencia de grupos armados

Este nuevo episodio de violencia se produce tras varios meses de relativa calma en Ituri, donde la última ofensiva atribuida a los ADF dejó 23 muertos en febrero. Al mismo tiempo, en la vecina provincia de Kivu del Norte continúan los combates entre el Ejército congoleño y los rebeldes del M23, lo que agrava una crisis humanitaria que ha desplazado a más de 7 millones de personas en todo el país.

Ante esta doble amenaza, la República Democrática del Congo y Ruanda firmaron en Washington una declaración de principios, mediada por Estados Unidos, en la que se comprometen a no apoyar a grupos armados como el M23 y a establecer mecanismos conjuntos de seguridad. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que Washington seguirá implicado en la búsqueda de una solución política y duradera.

La localidad de Komanda, epicentro del reciente ataque de los ADF, se sitúa en un corredor estratégico que conecta con las provincias de Tshopo, Kivu del Norte y Maniema, lo que la convierte en una zona especialmente vulnerable a la expansión de grupos armados. Según analistas, la situación exige no solo respuestas militares, sino también acuerdos políticos firmes, cooperación internacional sostenida y justicia para las víctimas.

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