Amigos, bebed y embriagaos (Cant 5,1). Elogio del vino en la Biblia

Existe una campaña antialcohol que está provocando indignación en muchos compatriotas por realizarse imperativamente desde arriba, en una cultura del vino como la nuestra. Hoy sabemos que el tanino de los vinos tintos, cuando se practica un consumo moderado, ayuda a mantener más limpias nuestras arterias, contribuyendo a evitar enfermedades cardiovasculares. Asimismo recientes estudios han demostrado que el resveratrol, una sustancia que se encuentra en la piel de la uva negra, puede ayudar a retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades geriátricas como el Alzheimer. La solución a los excesos no es prohibir el alcohol sino educar en un consumo razonable.

La Palestina bíblica, país mediterráneo como nosotros, también ha estado inscrita en la cultura del vino. Por razones de espacio, sólo voy a reproduciros algunos versículos del Cantar de los Cantares referidos al vino, aunque hay mucho que reflexionar sobre ciertos pasajes de la vida de Jesús como la Última Cena y la Boda de Caná, representada, en la cabecera de este post, por un curioso cuadro del pintor chino He Qi. Usaré la traducción de Emilia Fernández Tejero (El Cantar más bello, Trotta 1994).


ALGUNOS VERSÍCULOS DEL CANTAR DE LOS CANTARES

Son mejores que el vino tus caricias (Cant 1,2).

Me llevó a la casa del vino
y me cubrió con su enseña de amor (Cant 2,4).

Tus labios destilan dulzura,
esposa;
miel y leche hay bajo tu lengua (Cant 4,11).

Vengo a mi jardín, hermana mía, esposa...
a beber mi vino con mi leche;
comed, amigos,
amigos, bebed y embriagaos (Cant 5,1).

Que son tus pechos como racimos de vid (Cant 7,9).

Tu paladar es vino generoso
que fluye suavemente hacia mi amor,
turbando labios y dientes (Cant 7,10)


Podéis asomaros a mi comentario al Cantar, por ejemplo pinchando aquí . Todo el Cantar es un libro poético de un alto nivel de erotismo ingenuo y sutil. (Me pregunto a qué se referiría cuando afirma que la cubrió, en la intimidad de la bodega, con su enseña de amor. La respuesta acaso esté en el cuerpo del amante encendido de deseo).

Acabo de subir a Nido de Poesía la ilustración de seis sonetos muy hermosos de Luis López Anglada, magnífico poeta recientemente fallecido. Podéis asomaros pulsando aquí.

Os hago esta referencia porque quiero cerrar esta pequeña nota presentando otro interesante soneto de Anglada que parece escapado del Cantar:

LA BODEGA

Bajé, contigo, amor, a la bodega
y me acerqué al tonel que allí dormía
por ver si era verdad que en él crecía
la flor del vino, diminuta y ciega..

Y para poder ver lo que trasiega
el vino al corazón, pensé que unía,
para jugar, tu boca con la mía,
porque el amor no sabe a lo que juega.

Uniendo así en tus labios vino y mieles
le dimos a la flor de los toneles
como vaso tu labio femenino.

Y todo fue tan dulce y abundante
que nunca la bodega vio otro amante
ebrio de tanto amor y tanto vino.
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