EXPO DEL AGUA. Nacimiento literario de un río


Hace muchos, muchos años visité Fontibre,"cerca de Reinosa, provincia de Santander", donde decían que nacía el Ebro al pie de la columna del Pilar. Acababa de ordenarme y, en incendio de carisma, escribí a lápiz los siguientes versos:

"No sé. De pronto mis manos / se han abierto / en un chorro de música y alas / como en Fontibre el Ebro. / Ya no puedo parar / mis aguas, ya no puedo. / Derrama Dios su gracia / por mis guijarros secos, / y bendice de flores y esperanzas / campos, aldeas, huertos. / Ya no puedo parar / la siembra por mis dedos / que bendicen, consagran, / acarician ardiendo... / Ya no puedo parar / el manantial del pecho..."

El nacimiento de una fuente, de un río, estimulan nuestra creatividad, simbolizan lúcidamente la expresión misteriosa de nuestro manantial interior. Por eso se veneran como santos lugares de encuentro con la divinidad y personal renacimiento, espacios naturales de agua viva (Lourdes, por ejemplo).



NUESTRAS VIDAS SON LOS RÍOS...

Escribo todo esto porque he descubierto en la obra de Salvador de Madariaga un extenso poema, muy sugerente,"Preludio ante el mar", donde, en nueve secciones cuyos títulos corresponden a nueve tempos musicales (lento meditativo, andante, al tiempo, scherzo, allegro, andante, retardando y lento) va desarrollando la dramática biografía de un río desde que nace del mar en forma de nube, hasta su regreso al mar, atravesando etapas semejantes a la vida humana. Detendremos nuestra atención, primero, en el juego espumante del arroyuelo manantial que baja de la alta sierra a encontrarse, como en romería, con otros saltarines riachuelos, a formar con ellos el gran Río común...

ALLEGRO

Así como, en la fiesta del pueblo, la familia
baja sendero abajo hacia la romería,
y por otro sendero la familia vecina,
y a cada nuevo cruce llega más compañía,
y así se va engrosando el grupo que camina,
y al fin la gente toda del valle y sus colinas,
camino real abajo, avanza reunida,
así los manantiales,
así las fuentecillas,
así las torrenteras
que brincan,
las aguas que resbalan
sobre las peñas lisas,
las que rezuma el flanco
de la verde colina,
las que a través del prado
corren a toda prisa,
y las que por el borde
de la senda caminan,
y el arroyo que lame
las nudosas raíces de la encina
y va dando rodeos
como el desorientado que vacila
todos los hilos de agua
que bajan de las cimas
se unen y se mezclan,
se funden y combinan.
Y con sus aguas múltiples,
de tan diversas cumbres reunidas,
forman el líquido cuerpo del Río que fluye
entre praderas floridas.


MIL AGUAS LLEVA EL RÍO

En el siguiente poema, regulariza la corriente su precipitado ritmo, y se expresa el poeta nada menos que con armoniosas liras a lo Siglo de Oro. Se ensucia y enriquece el fluir del río con el benéfico aporte de minerales y plantas.La humanización del caudal, poderoso y fecundo, no puede ser más expresiva. Se refiere Madariaga, con claridad, cuando habla del río como comunidad, a los términos gente y alma.

ANDANTE

Mil aguas lleva el río,
mil aguas de mil cumbres procedentes,
desde el cieno al rocío,
mil almas diferentes,
y en su corriente, miles de corrientes:

Del manantial parlero
el alma rumorosa en él murmura;
del serrano venero
el agua fresca y pura
la presta su diáfana tersura;

los turbios caudalillos
que por las sendas bajan presurosos
le aportan amarillos
humores cenagosos,
de la tierra tesoros misteriosos;

los hilos soterraños
que rezuman laderas y vertientes
traen secretos extraños
de gérmenes latentes
que robaron al paso a las simientes;

las gotas luminosas
que en los prados encienden los albores
le llegan olorosas
de hierbas y de flores
y le irisan de límpidos colores;

en él vibra impaciente
el alma impetuosa e impulsiva
del rápido torrente.
que el obstáculo aviva
y espumante al vacío se derriba...

Pero entre tanta gente
Que lleva su corriente,

Siempre domina el alma
Del arroyo tranquilo y reposado
Que en perezosa calma
Fluye de lado a lado,
Vacilante, como desorientado.


ARAGÓN Y SU NO A LOS TRASVASES


Hemos leído unos versos sobre el nacimiento de un río, y cómo mil arroyos lo van enriqueciendo a lo largo de su curso. La Comunidad Autónoma de Aragón se ha cerrado fieramente a los trasvases hacia zonas secas, como si el río Ebro fuese suyo. Eso que, atravesando nueve Comunidades Autónomas y 18 provincias desde Cantabria al Mediterráneo, se ha ido enriqueciendo con el aporte hídrico de más de treinta importantes afluentes.

¿Le perjudicaría tanto trasvasar un agua recogida cerca de la desembocadura, y sólo si es sobrante, si va a tirarse al mar? Como en la EXPO DEL AGUA se van a tratar en profundidad estos temas, espero que se ablanden un poco las mentes y los corazones. Ayudarán, sin duda, las reflexiones expuestas en el Pabellón de Murcia, inteligentes y provocadoras. Por cierto, que os prometo un artículo sobre el poeta Miguel Hernández y su ilusión por realizar, en plena república, el trasvase del Ebro. No os lo perdáis.

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